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Damasco y Beirut negocian la retirada de los sirios de Líbano

Siria y Líbano han comenzado a discutir directamente las condiciones para una retirada de los soldados sirios estacionados en Líbano, según ha manifestado George Shultz, secretario norteamericano de Estado en el avión que le llevaba ayer a Israel desde Arabia Saudí. Shultz visitó durante el fin de semana, además de esos dos países, Líbano y Siria. A última hora de ayer llegó a París.

Shultz, que ayer hizo un escala relámpago en el aeropuerto de Tel Aviv para entrevistarse con el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Isaac Shamir; no amplió a los periodistas que siguen su gira los términos en que está planteada la negociación directa sirio-libanesa.La intensa actividad diplomática de Shultz se ha visto acelerada por el inicial rechazo sirio a acatar los términos del acuerdo aceptado en principio por Israel. Para el presidente sirio, Hafez el Asad, este acuerdo no sólo es "un contrato de sumisión", sino que "es contrario a todos los tratados y cartas árabes a las que hasta ahora Líbano se había adherido, y destruye todos los lazos nacionales entre Líbano y los países árabes".

El presidente sirio viajó ayer, imprevistamente, a Arabia Saudí, adonde llegó a las dos horas de que Shultz abandonase el aeropuerto. El secretario de Estado norteamericano había llegado a Riad el sábado para tratar de convencer al rey Fahd de la importancia del acuerdo aceptado por Israel y pedirle que hablara con el dirigente sirio para que cediera en su intransigencia y abriera una vía a la retirada de las fuerzas extranjeras de Líbano. En Israel, las reticencias sirias al plan de Shultz no parecen arredrar a Menájem Beguin, y en medios oficiales se hablaba ayer de que el Gobierno está estudiando la posibilidad de iniciar una retirada parcial unilateral hasta el río Awali, a 45 kilómetros al norte de la frontera israelo-libanesa, aun en el caso de que Siria mantenga su rechazo al plan.

El proyecto de acuerdo no contiene cláusulas secretas y será publicado en su integridad "con todos los documentos anexos", según manifiesta el presidente libanés, Amin Gemayel, en una entrevista que ayer publicaba un periódico kuwaltí.

"Todo lo que hemos aceptado (algunas medidas que garantizan la paz en la región) no es más que una fórmula que desarrolla el armistico firmado en 1949, que estipulaba claramente la creación de una comisión supervisora de la situacíón en el sur de Líbano", añade Gemayel. "Hemos aceptado trabajar coordinadamente en un plan de seguridad para que el sur de Líbano no suponga ningún peligro para la seguridad de Israel, por considerar que la presencia de 40 o 50 observadores israelíes en el marco de un comité de observación es 1.000 veces mejor que la presencia de 50.000 soldados en territorio libanés", agrega el presidente líbanés.

La Organización para la Liberación de Palestina ha denunciado oficialmente, desde Damasco, "las concesiones esenciales" por parte libanesa, que comportan "acuerdos secretos anexos sobre un compromiso oficial libanés, con garantías norteamericanas, para prohibir toda institución palestina civil, social o política en Líbano".

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Shultz salió ayer de Beirut, adonde había acudido desde Israel para informar a Gemayel de los resultados de sus últimas conversaciones en el área, con destino a París, donde hoy participará en la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de los países de la OCDE. Shultz también aprovechará la reunión para informar del actual estado de la situación a sus colegas de los países que tienen soldados en la fuerza multinacional destacada en Líbano.

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