El Cuarteto Astur abre el festival de música con obras inéditas de Juan y Agustín Páez

JUAN RONZÓN, El IX Festival de Música de Asturias se inauguro el sábado con la primer audición de los tres cuartetos inéditos de los hermanos Juan y Agustin Páez. Fueron interpretados, por el Cuarteto Astar, con Jacek Niweit, violín; J. Ramón Hevia, violín; Stawomir Arszyñski, viola, y Marek Kubicki, violonchelo.

Parece incuestionable, aun a la vista de la pequeña parte de su producción estudiada hasta el momento -y concretamente de los tres cuartetos para cuerda ahora estrenados-, que ni Agustín José Páez y Cuervo (1795-1849) ni mucho menos su hermano Juan de la Cruz (1803-1878), pretendieron hacer con su música nada sustancialmente distinto de aquel trabajo diario, sencillo, sin planteamientos de ruptura cultural y sin ambiciones de proyección histórica alguna, que fue el ejercicio de la composición como actividad artesanal en los círculos cerrados.Circuitos prácticamente impermeables, de la burguesía provinciana del XIX y cuyo espíritu, aun con la lógica traslación desde las instituciones eclesiásticas hasta de su padre, Juan Páez Centella, maestro de Capilla de la Catedral de Oviedo, hasta su muerte, afanosa como su vida, en 1814.

Mas, aun dentro de los encorsetados parámetros en que se movieron, parece igualmente fuera de toda duda que la obra de Agustín reviste mayor importancia.

Su cuarteto, digamos en sol mayor (Allegro Moderato, efectivamente en sol mayor; Andante Maestoso, en do mayor; Menuetto moderato, en fa mayor; Finale Presto, en re mayor) aun en la línea de dispersión tonal de que también adolece el segundo de los de su hermano (Allegro Moderato, en do mayor; Andante sostenuto, en nu bemol mayor; Menuetto, en do mayor; Fuga, en la menor) contiene mejores ideas melódicas, una referencia más adecuada, por la técnica del desarrollo, a la formasonata a la que indudablemente aspiran ambos, un sistema modulatorio más coherente y un tratamiento preocupado por la escritura horizontal, manifiestamente pobre en los de Juan.

Su minueto, único de los tres que, con propiedad, tiene tal carácter, es, separadamente, una pieza de valor singular, con independencia del contexto.

Las interpretaciones del Cuartéro, Astur (Jacet Niwelt, violín; J. Ramón Hevia, violín; Stawomir Areziñski, viola y Marek Kubicki, violonchelo) adolecieron, dentro de una línea general de corrección, de algunas incongruencias en los tratamientos de ataques y articulaciones, derivadas, indudablemente, de los problemas musicológicos inherentes a una copia de las particellas aún no revisada en profundidad.

A ello habría que añadir algunos problemas en la organización de la estructura dinámica, tratada en el manuscrito con excesiva simplicidad y cuya correcta concepción requiere, en ausencia de tradición interpretativa, una investigación más profunda de la que, obviamente, ha sido posible hasta ahora.