Antonio decide no abandonar, por el momento, el Ballet Nacional Español
El bailarín y coreógrafo Antonio no dejará, de momento, el Ballet Nacional Español, con el que tiene contrato firmado hasta el próximo mes de julio, pese al reciente despido de diez bailarines y tres técnicos, según declaró a este periódico después de entrevistarse a media mañana de ayer con María de Ávila, directora de los Ballets Nacionales. Antonio señaló que acepta seguir, aunque la reestructuración de los Ballets suponga compartir la dirección artística.
La entrevista, que se celebró en términos cordiales según aseguraron ambos, se produjo después de que el bailarín volviera de Sevilla, de recoger una placa conmemorativa en la que se le nombra hijo adoptivo. En ausencia de Antonio se hizo pública la noticia del despido de diez de sus bailarines, si bien él ya conocía previamente la decisión de María de Ávila. Los afectados reaccionaron anunciando que ponían el caso en manos de sus abogados, y el ballet difundió un comunicado en el que sus integrantes mostraban su desacuerdo con lo ocurrido. El hecho de que dos de los afectados fueran familiares directos de Antonio parecía enrarecer más sus relaciones con María de Ávila."Supongo que los despidos se resolverán con una indemnización", manifestó ayer Antonio después de la entrevista con María de Ávila, "pero ahora todo sigue igual. Los despidos van a repercutir poco en el trabajo del grupo, porque el trabajo que ellos hacían se puede suplir con los de otros que bailaban poco".Respecto a su permanencia en los ballets nacionales tras la remodelación iniciada por la directora, Antonio respondió que "hemos hablado de la remodelación y lo único que varía es que mientras que hasta ahora yo he llevado la dirección artística, ahora mis decisiones están supeditadas a las de María de Ávila".
No obstante, esa permanencia no parece ser muy larga por cuanto el 'por el momento" manifestado por el coreógrafo al referirse a su continuidad fue seguido de la fecha de caducidad de su contrato: el mes de julio de este año. "Yo acepto las decisiones de la Administración, tanto en los despidos como en el resto de la reestructuración. Voy a seguir con mi trabajo y prefiero que no se hable de crisis", concluyó.
Sin embargo, la crisis comenzó a raíz de la creación de la Dirección de los Ballets Nacionales, cargo que ocupa María de Ávila. Hasta ese momento, Víctor Ullate dirigía el ballet clásico y Antonio el conjunto español. El primero, cuyo contrato había caducado en el momento de la llegada de María de Ávila, abandonó la compañía "por no entender la creación de una superdirección" y se trasladó a Bruselas para integrarse en los Ballets del Siglo XX de Maurice BéJart. Antonio optó por quedarse, pese a que María de Ávila anunció su intención de dar entrada a todos los coreógrafos nacionales o extranjeros y terminar con los personalismos.
Babelia
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