El ministro de Justicia defendió la atenuación de penas prevista en la reforma del Código Penal

El ministro de Justicia, Fernando Ledesma, presentó ayer ante el Pleno del Congreso el proyecto de reforma parcial y urgente del Código Penal. El Grupo Socialista y el resto de la Cámara parlamentaria, a excepción del Grupo Popular, premiaron con un largo y efusivo aplauso su intervención, que concluyó asegurando que el Gobierno socialista se inspira y se continuará inspirando en un humanismo que no confunde la moral con el derecho, y en el propósito de gobernar para todos los españoles y no exclusivamente para unos pocos.

Ledesma fustigó a la derecha, desde la que se ha dicho que se pretendía desarmar a la sociedad, especialmente por la atenuación de las penas que el nuevo Código Penal establecerá para los delitos contra la propiedad. "Mantener la reclusión menor, la misma pena establecida para el homicidio, para el robo con fuerza en las cosas significa, como mínimo, una ceguera valorativa escandalosa", señaló el titular de Justicia. Añadió que tal actitud significaría poner en igual nivel la vida y la propiedad, así como que rozaría la inconstitucionalidad porque el artículo 15 de la Constitución rechaza la penas inhumanas.Un momento culminante de la intervención del ministro de Justicia, y que le valió un fuerte aplauso desde los escaños socialistas, se produjo cuando denunció, a propósito del establecimiento del delito ecológico, la contradicción "de quienes se quejan de la atenuación de la penas por los delitos contra su propiedad, mientras protestan por la agravación de las penas contra la propiedad de todos".

Fernando Ledesma inició su intervención asegurando que no es posible seguir un día más con un Código de 150 años de antigüedad y que ha sufrido un gran deterioro, tanto por las modificaciones introducidas durante este tiempo, como por haber quedado marginado del movimiento legislativo general europeo durante las últimas dos décadas. Aseguró que el nuevo Derecho Penal debe recoger las sentencias propias del Estado de derecho y las corrientes que prevalecen en los países democráticos.

Elogio a Lavilla

El ministro de Justicia destacó la importancia de elaborar un código penal definitivo, y señaló que tendrá como antecedentes el proyecto elaborado por cuatro juristas de diferentes tendencias, como "muestra de pluralismo político", designados por Landelino Lavilla durante su etapa de ministro de Justicia y que concluyeron su labor en 1980. Ledesma elogió la actitud del ahora diputado centrista, y añadió que tal anteproyecto, enriquecido con las enmiendas de otros grupos, fundamentalmente el socialista, puede ser el núcleo de el nuevo Código Penal.

Mientras que llega ese código nuevo, el ministro de Justicia se refirió a la necesidad de la reforma que ahora se sometía a debate y que tiene un claro sentido selectivo. Entre los principios a los que se debe esta reforma, se refirió a las exigencias constitucionales, como la de reeducación e inserción como finalidad de las penas, y a la instauración de un estado de derecho plenamente democrático. Dentro de estas coordenadas, resaltó que no se impondrán penas excepto cuando exista intencionalidad o negligencia, que los tribunales habrán de valorar las prohibiciones legales, que se suprimirá toda forma de responsabilidad objetiva y que se dará un tratamiento específico al error.

En el análisis del dictamen sometido a la consideración del pleno, destacó la atenuación de las penas, especialmente notable en el caso de las drogas tóxicas y de los delitos contra la propiedad. Recordó que en la situación anterior, la alta gravedad de las penas impuestas contra estos últimos delitos, se mitigaba a través de los indultos generales, prohibidos por la Constitución además de suponer, en opinión de Fernando Ledesma, una técnica incorrecta, ya que respondía al capricho de la Administración con ocasión de la visita de un pontífice o de un número determinado de años desde la terminación de la guerra civil. Denunció también la desigualdad que llevaban consigo tales indultos, ya que, según la fecha de comisión de los delitos, se les daba a sus autores un tratamiento distinto.

Delitos suprimidos

Otra característica de la reforma parcial y urgente del Código Penal, analizada por el ministro de Justicia, fue la supresión de algunos delitos. Entre ellos destacó que desaparece el de esterilización voluntaria y el de conducir sin permiso.

Otras novedades destacadas por Fernando Ledesma fueron los delitos contra el derecho de gentes, en relación con personas internacionalmente protegidas; contra la administración de Justicia, a la que se otorga mayor protección; contra la salud pública, para garantizar mayor amparo a los consumidores; contra el medio ambiente; contra la seguridad en el trabajo, y la agravación de las penas contra los explotadores proxenetas.

El ministro de Justicia aseguró que la reforma del Código Penal no será eficaz si no va acompañada de otras, y en este sentido consideró necesaria la de la legislación civil, mercantil y administrativa; la procesal-penal y una nueva concepción organizativoeconómica de la justicia. Concretamente, anunció la inmediata conclusión del proyecto de ley orgánica del Poder Judicial, la reforma de la ley de Enjuiciamiento Criminal y el trabajo, ya iniciado, sobre la modificación de la legislación concursal y las leyes sobre el cheque y el talón.

Ledesma concluyó señalando que no debe confundirse en todo caso la moral con el derecho. En ese sentido, elogió el trabajo de la Comisión de Justicia e Interior, que había elaborado un dictamen en el que habían quedado plasmados los principios que inspiraron al Gobierno a acometer una reforma "para todos los españoles y no para unos pocos".