Un ramito de romero para Paco Ojeda
JAVIER QUINTERO, "No me quitaba de la cara del toro, no. Si éste no me coje, no, no me quitaría de su cara".
Paco Ojeda aún estaba chorreando de sudor y agua y tenía una ramita de romero metida en la pechera. Fuera, a poquitos metros, la gente seguía gritando frenética: "Torero, torero". Paco, el Páquito de Sanlúcar, el muchachito serio y sentío, había tenido uno de los triunfos más grandes de su vida.
Les pudo a sus dos toros y eso que el segundo le levantó la cara con una insolencia macabra. "Y que lo digas, tú, salió la mar de esaborio ese toro. Yo estuve en el sitio, lo más cerquita posible. En ese sitio, en la misma cara, te da igual todo. Lo único que me podía retirar de ahí era una cogida, que me metiese en la enfermería".
Paco Ojeda lo tiene ahora más fácil. Los contratos le lloverán, pero el torero de Sanlúcar de Barrameda prefiere pocas corridas. "Quiero más calidad que cantidad. San Isidro, por ejemplo. En Madrid me van a ver. Hasta que no me vean, no pararé, tú".
Paco no se quitó el romero de sus adentros.
Varios de los tors lidiados ayer, pertenecientes a la ganadería de Manolo González, fueron desechados por los veterinarios. Las razones esgrimidas por la autoridad para desestimar el concurso de las cuatro reses del ex matador de toros son, al parecer, la falta de trapío. Curro Romero, cabecera de los carteles de la Feria de Sevilla, fue el que eligió, como ha hecho con las restantes ganaderias que lidiará, el ganado. Esta, la feria abrileña, se ha hecho a la imagen y semejanza del faraón.
Los toros rechazados lo fueron, según portavoces oficiosos de la empresa Pajés, por falta de presencia. Sevilla, a juicio de los veterinarios, merece un ganado análogo con la categoría de la plaza maestrante, que es, junto con la de Las Ventas, de Madrid, la más importante del mundo. Los toros desechados por la autoridad fueron sustituidos de inmediato por otros del mismo hierro.
Curro Romero, que tiene contratadas cinco tardes en el ciclo ferial sevillano, eligió personalmente las reses. El camero tiene preferencias por el hierro de Núñez, ganadería especializada en producir un tipo de toro bondadoso y carente de trapío. Así, Curro lidió el Domingo de Resurrección la corrida de los hermanos Núñez.
Ayer lo hizo con los de Manolo González, de igual procedencia, y el jueves toreará, en la Corrida del Arte, los de Joaquín Barral, también de Núñez, en compañía de Antoñete y Paula. Mañana, lunes, el ídolo de la afición sevillana matará las reses de Jandilla, ganadería propiedad de Fernando Domecq, considerada igualmente por los taurinos de comercial.
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