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El canto gregoriano llena Santo Domingo de Silos de apasionados de la música

Durante toda la Semana Santa, pero de modo especial a partir de hoy, jueves, el pequeño pueblo burgalés de Silos se llena de un público heterogéneo que hace cola para asistir a los oficios en la abadía benedictina de Santo Domingo. Todos los asistentes tienen un afán común: oír en vivo el único canto gregoriano que hoy se hace de modo regular en España, con una calidad que justifica la peregrinación.

Desde hace dos meses no queda en Silos -30 camas en un hotel de tres estrellas, otras tantas en dos hostales, 22 en la propia abadía y un número indeterminado en casas particulares- un solo lugar donde hospedarse en estas fechas. El gregoriano está en un momento de auge y arrastra por igual al musicólogo culto y al joven rockero.Desde hace unos años los monjes de Silos salen de cuando en cuando a cantar fuera de su monasterio. No hace muchos meses han estado en Toledo, en Valladolid y en Burgos. Y en todos los lugares los recintos se han llenado de un público fiel que no siempre respondía a impulsos religiosos.

El 'boom' del canto llano

A este boom del canto llano, como se le llamó en el Medievo, ha contribuido no poco la creación hace dos años del Centro Nacional de Difusión del Gregoriano. Tiene su sede en Silos y funciona bajo el patrocinio económico del Ministerio de Cultura.El centro ha organizado en la abadía silense diversos cursillos, abiertos a cuantos desearan iniciarse en el dominio de esta manifestación litúrgica que tiene sus orígenes en los primeros tiempos de la Iglesia.

"De todos modos", dice José Luis Angulo, maestro de coro y primer cantor en Silos, "el ritmo gregoriano hay que mamarlo desde niño, so riesgo de caer en el artificio, en la falta de naturalidad.

Angulo nació en el cercano pueblo de Solarana y lleva en la abadía 32 años. "Yo entré siendo muy niño, como estudiante, al igual que muchos. de los que hoy somos monjes. Hemos oído e interpretado el canto multitud de veces, y por ello hemos bebido en su esencia antes de tener formada nuestra modulación musical. Sin embargo, tanto los cursillistas del centro como los monjes que ahora profesan se inician en el canto ya adultos, por lo que el gregoriano se está conociendo más que nunca, pero existe el riesgo de que pierda parte de su pureza", afirma el monje.

Etapas de una historia

Angulo distingue cuatro etapas en la historia del canto. Una primera, de orígenes poco claros, que abarca hasta el siglo VI. Una segunda, de perfección, que va del VII al XII, y en la que descuella el papa Gregorio Magno, que fundó durante su pontíficado una Scholla Cantorum en Roma para que recopilara y difundiera los cantos, de la Iglesia primitiva. La tercera es de decadencia y viene tras el auge de la polifonía y de la generalización de la escala, la clave y el pentagrama en la creación musical."El ritmo libre, que es una de las esencias del gregoriano", comenta Angulo, "comenzó a quebrantarse tras los avances de teoría musical de Guido de Arezzo. Los antiguos códices en que los cantos se escribieron en neumas no fueron correctamente transcritos al sistema de nota cuadrada.

Esta decadencia se al argó hasta que a mediádos del siglo pasado se estudian en la entonces recién restaurada abadía francesa de San Pedro de Solesmes los primitivos códices y se recupera el ritmo primitivo.

El trabajo fue tan fructífero que el gregoriano se reconoció de nuevo en las altas instancias de la Iglesia como "el supremo modelo de toda música religiosa", en palabras de Pío X. Y el propio Concilio Vaticano II afirma en su constitución sobre la liturgia: "La Iglesia reconoce el canto gregoriano como el propio de la liturgia romana; en igualdad de circunstancias, por tanto, hay que darle el primer lugar en las acciones litúrgicas".

Ritos de la semana

Los oficios litúrgicos del triduo pascual en Silos comienzan el Jueves Santo con la misa vespertiña, a las seis de la tarde. Viernes y sábado hay maitines a las siete y laudes a las nueve. A la función vespertina del viernes no se permitirán este año las visitas. El sábado hay vísperas a las 19.30 horas y vigilia pascual a las 11 de la noche. Y el domingo, laudes a las 8.30 horas, misa conventual a las once de la mañana y vísperas de exposición a las 19.30 horas.Todos los oficios tienen lugar en la iglesia que se construyó en 1750 conforme a unos planos de Ventura Rodríguez y tiene una excelente acústica.

Los 32 monjes cantan diariamente en el coro, incluido el abad. Cumplen así los benedictinos uno de sus dos principales fines conventuales. El otro es dar posada a cuanto viajero la requiera. En las celdas no falta el esforzado opositor, el ejecutivo con estrés o el amante desengañado. Siempre varones, que nose permite allí estancia de muje,res. "En los cursillos% dice Angulo, "había también mujeres y se hospedaban en el pueblo".

Angulo ha viajado hace'unos meses a una reunión de maestros de coro que se hizo en París. Allí se intercambiálon los asistentes sus más recientes descubrimientos en el campo de la semiología del primitivo canto, que en cada abadía se estudia sobre los propios documentos, y se congratularon todos del auge del canto llano.

"De todos modos", afirma Angulo, "pienso que sólo desde una profunda fe se puede entender del todo este canto".

Esta condición, al parecer, no se da mucho entre los oyentes del gregoriano. En 1973 los monjes de Silos cantaron en el teatro Real de Madrid. Hubo un lleno apoteósico, con todo el papel agotado. Y es curioso: en el archivo de nuestro primer coliseo hay una nota, respecto a esta actuación, en la que se dice que los monjes quedaron terriblemente impresionados por el ambiente mundano que se advertía entre el público.

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