Pasó Weinberger
La visita a España del secretario de Defensa, Weinberger, ha dejado una densa estela de desconcierto, agravada por su propia decisión de no realizar más comparecencia ante los medios informativos que el triste. simulacro de conferencia de prensa, amañado bajo el patrocinio del Instituto de Cuestiones Internacionales.Ni el personaje. ni la política concreta de la Administración republicana, a la que representa, pueden sernos excesivamente simpáticos, pero tampoco es cuestión de culpar aWeinberger de nuestras propias indefiniciones.
La declaración del presidente González de que "la existencia de un buen sistema defensivo en Occidente -es decir, la OTAN- es una garantía para España no encaja, en absoluto, con un jefe de Gobierno que continúa atado"a la promesa de convocar un referéndum que todo el mundo interpreta, encaminado a sacar a España de la Alianza Atlántica.
En el séquito del secretario de Defensa norteamericano se respiraba ayer, en el momento de la despedida, la impresión de que nuestro país no llegará nunca a dar ese paso atrás. Por eso, no deja de tener sentido la idea de que el Gobierno español ha sido el más interesado en evitar un contacto abierto de Weinberger con la Prensa, no fuera a ser que el idealismo neutralista que se atribuye a González, Morán y Guerra quedara demasiado evidentemente eclipsado por su sumisión a una política de realidades.
¿Cuánto, tiempo vamos a tener :que seguir así? ¿Cuándo tendrá el presidente González elcoraje suficiente para decir lo que de verdad piensa sobre las posibilidades de España al margen del bloque occidental?
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