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La visita a Argel del ministro marroquí de Asuntos Exteriores preludia un nuevo encuentro Chadli-Hassan II

La normalizacion entre Argelia y Marruecos parece inminente

MANUEL OSTOSLa normalización de relaciones entre Argel y Rabat parece inminente a tenor del contenido de la información distribuida anoche Chadli, en Túnez por la agencia argelina de Prensa pocas horas después de la entre vista entre el presidente argelino, Chadli Benyedid, y el ministro de Asuntos Exteriores . marroquí, Mohamed Bucetta. La agencia ar gelina recogió la reunión del Comité Ejecutivo del Frente de Libera ción Nacional (FLN) argelino, la más alta instancia política de este país, afirmando que trató "la situa ción en. la región del Magreb y los esfuerzos desplegados por Argelia con vistas a la instauración de la paz en la región, conforme a las resoluciones de la Organización para la Unidad Africana (OUA)".

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Este comunicado permite suponer que la solución política del conflicto del Sahara occidental debe pasar por un acuerdo entre todas las partes interesadas para la celebración de un referéndum de autodeterminación controlado por la OUA y las Naciones Unidas. La rapidez con que el Comité Ejecutivo del FLN se ha reunido, tras la llegada a Argel de Bucetta, anuncia una rápida normalización de las relaciones argelino-marroquíes, a remolque de las cuales podría perfilarse una negociación en torno al conflicto en la ex colonia española.

La visita relámpago hecha ayer a Argel por el ministro marroquí de Exteriores hace pensar en una nueva entrevista próximamente entre el presidente argelino y el rey Hassan II de Marruecos, con el fin de poner a punto el proceso de normalización de las relaciones de los dos países magrebíes.

Con anterioridad a ese encuentro, los medios informativos argelinos han destacado la entrevista sostenida el pasado lunes entre Chadli y el secretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz.

Bucetta entregó al presidente argelino un mensaje del rey Hassan II, cuyo contenido no se ha hecho público, pero que tendría que ver con la preparación de la nueva entrevista entre los dos dírigentes. A propósito de ese encuentro, los argelinos han desestimadoinformar del lugar y la fecha posibles, aunque se supone que se materializarían en los próximos días.Chadli, en TúnezChadli llegará a Túnez en visita oficial el viernes de esta semana para tratar con su homólogo tunecino, Habib Burguiba, la idea del gran Magreb, a la. que aspiran las tres capitales. Una cumbre entre el rey Hassan Il y los presidente s Chadli y Burguiba parece, por ahora, prematura, en la medida en que, visto desde Argel, sería necesario promover con anterioridad los canales de cooperación económica entre los tres países.Precisamente esta semana, Argelia se ha desmarcado de los otros dos países raagrebíes al dar a entender oficiosamente que no está entusiasmada con el proyecto francés de celebrar una conferencia del Mediterráneo.

Si la normalización argelinomarroquí camina a pasos firmes, la posibilidad de una negociación directa entre marroquíes y saharauis del Frente Polisario parece, por el momento, remota.Al recibir al ministro marroquí de Exteriores, pocos días después de haberse entrevistado con el número uno del Polisario, el presidente argelino parece consolidar su imagen de mediador entre las dospartes en conflicto directo en el Sahara occidental, pero queda por saber si Rabat autoriza los contactos directos con el Polisario en una capital magrebí o, como algunos medios diplomáticos creen saber, en la capital española.En todo caso, no ha pasado inadvertido aquí el hecho de que el secretario general del Frente Polisario llegase a la presidencia argelina acompanado del ex primer ministro de la República Arabe Saharaui Democrática (RASD) Mohamed Lamine, un hombre que sigue siendo el dirigente saharaui que mantiene más estrechas relaciones con el coronel Gadafi.La incógnita de cuál será la actititud de Libia en el proceso de normalización argelino-marroquí, unido a la posibilidad de una solución en el conflicto saharaui, es, a todas luces, la más difícil de ser despejada.

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