EE UU proclama "zona exclusiva" una extensión de 200 millas de sus costas
Estados Unidos proclamó unilateralmente ayer una "zona económica exclusiva" de doscientas millas (unos 365 kilómetros), afirmando así su total soberanía sobre los recursos existentes en más de diez millones de kilómetros cuadrados en el fondo del mar.Esta proclamación, que tiene efecto inmediato, anunciada por el presidente Ronald Reagan, constituye una bofetada a los 120 países que firmaron en el pasado mes de diciembre la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar.
La decisión de Ronald Reagan permitirá a Estados Unidos ampliar su soberanía sobre todos los recursos minerales y energéticos que se encuentran en una zona de doscientas millas marinas en torno a sus costas, así como alrededor de los territorios norteamericanos en el Océano Pacífico y en el Caribe.
"Los yacimientos recientemente descubiertos en los fondos marinos podrían ser una fuente importante de minerales estratégicos", señaló el presidente Reagan en una declaración escrita. "Estados Unidos, añadió, continuará, como en épocas anteriores, a reservarse el derecho de explotar los recursos minerales de los fondos marinos en las aguas internacionales".
Un alto funcionario del Departamento de Estado reconoció que esta proclamación unilateral norteamericana podría ser muy mal acogida por numerosos países, sobre todo teniendo en cuenta que ha sido efectuada algunos días antes de la reunión en Kingstom. (Jamaica) de los firmatarios del Tratado sobre el Derecho del Mar.
Este especialista, que exigió el anonimato, indicó que la decisión norteamericana estaba destinada a demostrar que Estados Unidos está en medida de aplicar su jurisdicción sobre una zona económica sin ser firmatario de la Convención de la ONU.
"Diversos países, fundamentalmente del Tercer Mundo, ya nos han manifestado su total oposición a la proclamación de una zona exclusiva, pero hemos decidido que este el mejor medio de defender nuestros intereses económicos y estratégicos a largo plazo", declaró el alto funcionario norteamericano.
El presidente Reagan había anunciado el pasado mes de julio que su Gobierno no firmaría ninguna convención internacional que no cumpliese los objetivos que Washington se había fijado.
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