Los políticos actuales continúan hablando el lenguaje de la tecnocracia, según Lázaro Carreter
El lingüista y académico cree que es necesaria una ley de uso del idioma
El anuncio de la adopción de medidas oficiales para la protección del idioma ha llamado la atención de lingüistas como Fernando Lázaro Carreter, quien piensa que debe existir una normativa de uso de las lenguas del Estado. El catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid analiza desde la "conciencia de que el español debe ser un lugar internacional de encuentro cultural y científico" los problemas de la unidad del idioma, del multilingüismo, la invasión de extranjerismos o el lenguaje cheli. Lázaro Carreter se muestra pesimista cuando habla de la evolución del idioma como registro del cambio: "Es desolador oír a los nuevos políticos y líderes sindicales utilizar los mismos términos que la tecnocracia de los años setenta".
El Ministerio de Cultura ha abierto un período de consultas entre académicos, lingüistas, escritores, profesores y diversas instituciones con el fin de estudiar la propuesta de una serie de medidas encaminadas a defender el idioma español común y los demás idiomas del Estado. El ministro Solana apuntó recientemente en el Parlamento la posibilidad de una ley de defensa del idioma pero los resultados de las consultas a expertos podrían aconsejar otro tipo de medidas.España no sería, en caso de adoptar algún tipo de medidas, el primer país que reflexionaría colectivamente y se ayudara con instrumentos jurídicos para mejorar el propio idioma. Francia tiene desde 1976 una ley de empleo de la lengua francesa. Argentina, Guatemala, Santo Domingo y Colombia han dictado también sus propias normativas para defender el castellano. En el caso español las medidas se tomarían también con ocasión de preparar el V Centenario del Descubrimiento de América en 1992.
Fernando Lázaro Carreter cree que "una ley de defensa del idioma no es lo más urgente, lo que importa es que el idioma se aprenda bien. Lo urgente sería que se emprendiera por parte del Estado una auténtica política idiomática que no ha existido ni existe a pesar de que es un país con graves conflictos lingüísticos. Sería necesaria una ley de uso parecida a la ley francesa que, entre otras cosas, obliga a poner nombres franceses a todo tipo de instrumentos legales y productos nacionales si se quieren obtener ayudas estatales".
Uno de los aspectos más conflictivos y a la vez más importantes a los que tendrían que referirse las normas en torno al idioma sería el del plurilingüismo. "Somos un país con muchas lenguas aunque parezca que no se han enterado de ello muchos españoles. Los problemas que se derivan de este hecho hay que afrontarlos con todo rigor y seriedad. Para empezar hay que descargar a nuestras lenguas de ciertas responsabilidades. Toda lengua es inocente. Ultimamente se ha registrado una reacción en contra del castellano porque fue utilizado en años anteriores como instrumento represivo. Pero tan monstruosa fue la represión de las lenguas autónomas como lo es la del castellano o lengua común".
"La ley de uso del español, que," según Lázaro Carreter, "se promulgaría con vistas a hacer eficaz la celebración del centenario -que no debe quedarse en una simple eclosión oratoria- y debería coordinar un uso científico común. Es ofensivo ver en los camiones del aeropuerto la palabra catering, que es internacional. Esta ley tendría que establecer la obligatoriedad de rotular en castellano todo, lo cual no impediría tampoco rotularlo en cualquiera de las lenguas del Estado autonómico".
Para Lázaro Carreter el ideal que habría que perseguir es la unidad del castellano, "pero esta unidad no quiere decir uniformidad. El castellano no es idéntico a sí mismo, se habla desde una gran diversidad, pero debe mantenerse el anhelo de hablar y decir bien. Desde la perspectiva de la celebración del centenario se presenta una buena ocasión para que los estados del ámbito del castellano establezcan un bachillerato común por lo menos en lo referido al estudio del idioma. El castellano es algo más que un idioma, es un idioma internacional que se mueve en un terreno de condominio y que nos instala en un mapa de bloques. Nuestro idioma se comparte hoy internacionalmente en el terreno de la cultura pero dentro de poco significará una coparticipación en las áreas de las ciencias y de la economía".
Registro del cambio
En el análisis que ha hecho el académico del idioma como registro del cambio que se ha operado en los últimos años en este país Lázaro Carreter señala que muchas palabras y todo lo que ellas sugieren han dejado de ser tabúes y se usan con plena libertad, mientras que otras se han cargado de connotaciones sociales y políticas. Pero el académico asiste "desolado" a la falta de cambio en el lenguaje oficial, y especialmente en el de los líderes políticos y sindicales."Hablar bien", dice Lázaro Carreter, "es hablar con enorme sencillez. De esto parece que no se han enterado los políticos y otros personajes de la vida pública que utilizan los mismos términos del lenguaje burocratizado de la tecnocracia. Los medios de comunicación, y especialmente la televisión, que son los instrumentos más importantes para proponer un correcto uso del idioma, son utilizados con mucha frecuencia para lo contrario. Resulta cuando menos grotesco oír a un alto cargo del Gobierno decir hace unos días viudez en televisión. Televisión Española no se caracteriza en general por el buen uso del español".
A Lázaro Carreter no le preocupa, sin embargo, la invasión de extranjerismos ("hay que admitirlos cuando son útiles porque nos instalan en la modernidad"), ni la utilización del cheli ("una jerga juvenil que no influye, ni revoluciona ni altera el idioma") y señala cómo trabajo básico que hay que emprender rápidamente el cambio en la pedagogía de la lengua. "Más que enseñar la lengua hay que servirse de ella. La nueva pedagogía se ha de fundar en el ejercicio y no en la teoría del idioma. De lo contrario vamos hacia una mudez expresiva".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.