Tumultuoso juicio contra tres independentistas por catalanizar rótulos de tráfico
Tres independentistas catalanes, Dolors Fabregó, Jordi Miralles y Jordi Puig, se sentaron ayer en el banquillo del Juzgado de Instrucción número 2 de Gerona, acusados de una falta de daños presuntamente cometida al corregir y rotular en catalán unos indicadores de tráfico escritos en castellano. El fiscal, en medio de un tumultuoso juicio, solicitó una multa de 5.000 pesetas para cada acusado.
El primer incidente serio se produjo a las once de la mañana, cuando llegó hasta el Palacio de Justicia de Gerona el furgón de la Policía Nacional transportando al independentista Jordi Puig. Un centenar de personas, entre los que se encontraban numerosos militantes del Parti Socialista d'Alliberament Nacional (PSAN), se acercaron hasta el vehículo intentando abrazar al muchacho. La actitud de la fuerza pública y de los manifestantes desencadenó una serie de golpes y Jordi Puig acabó siendo introducido a rastras en el Palacio, mientras tres policías le golpeaban con sus defensas.En la calle, los independentistas habían empezado a corear frases reclamando la libertad de los detenidos. En el interior del edificio, la policía continuaba golpeando al detenido, que había caído al suelo. Una letrada sollozaba, en un extremo del patio, mientras un muchacho con las manos llenas de octavillas, increpaba a la policía. El incidente finalizó cuando un abogado togado pidió serenidad a los miembros de las fuerzas de orden público y ayudó al muchacho a ponerse en pie.
Volvieron a repetirse los incidentes en el interior de la sala, cuando alguien trajo una enorme bandera catalana con una frase reclamando la libertad para Puig. El magistrado Miguel Berlanga ordenó retirar la bandera, a lo que se opusieron varias voces asegurando que era un derecho constitucional y que se trataba de una bandera nacional. El magistrado aceptó al constatar que no se trataba de un símbolo de partido. De manera sistemática volvieron los gritos a la sala, amenazando al juez y al fiscal, gritándoles que se fueran de Cataluña, y reclamando la retirada de las Fuerzas de Orden Público.
En este marco fueron juzgados los tres independentistas catalanes, por unos hechos acaecidos en la madrugada del 16 de septiembre de 1980, cuando fueron detenidos mientras rotulaban en catalán unos indicadores viarios escritos originariamente en castellano. La detención de estos jóvenes provocó una gran polémica política y ciudadana.
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