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Todo preparado en la sede de McDonnell Douglas para vender a España 84 aviones F-18A

Todo está preparado en la factoría de McDonnell Douglas de Saint Louis (Misuri) para facilitar a España su pedido de 84 aviones F-18A, que los responsables de la compañía confían en obtener sin dificultades. Las cadenas de montaje han comenzado a producir aparatos de este modelo para la Armada estadounidense, mientras sus expertos aseveran que la superioridad técnica del mismo sobre el Tornado inclinará a su favor la opción del Gobierno español. Para facilitar la decisión hispana, la compañía está dispuesta a facilitar "las mejores contraprestaciones que haya concedido jamás".

"Somos cautamente optimistas" afirman en la sede de McDonnell Douglas los responsables del programa de venta para España de 84 aviones de combate F-18A. Confían en la "superioridad técnica" del aparato norteamericano sobre su rival europeo, el Tornado, los dos únicos aparatos en competición para el programa FACA (futuro avión de combate y ataque). La polémica quedará zanjada antes del 31 de mayo, fecha tope para que España firme, aplace o rechace el contrato definitivo con McDonnell. Si España no firma antes del 31 de mayo, la compañía "no podrá respetar los actuales precios ni el calendario de entrega".El Gobierno de Madrid firmó y depositó el pasado 23 de diciembre la primera carta de intención, por valor de ocho millones de dólares. Antes del 15 de este mes, España debe depositar otros diez millones de dólares en concepto de precontrato. Además del F-18A, España tiene una opción de compra con McDonnell para doce aviones de despegue vertical del tipo Harrier, destinados a equipar el portaeronaves Príncipe de Asturias, que se convertirá en buque insignia de la Armada española.

Contraprestaciones

"La semana pasada potenciamos nuestro paquete de contrapartidas en Madrid", dice un alto directivo de McDonnell. Según el constructor norteamericano, España recibirá el 100% de compensaciones por la compra de los aviones. "Las mejores que jamás concedió McDonnell", añade.Las contrapartidas o compensaciones, además de los aspectos técnicos, pesan a la hora de la decisión final. McDonnell propone cuatro apartados diferentes en tal punto. Un total de 732,8 millones de dólares están estructurados como contrapartidas desglosadas en los grupos A y B. Incluyen el montaje en España de la totalidad de los 84 F-18A, las pruebas de los motores y la construcción de ciertas partes del avión. En el capítulo B destaca el mantenimiento en España de toda la flota de F-18A de EE UU y Canadá estacionada en Europa. También la asistencia en la transformación del fuselaje del avión español C-201, fabricado por CASA, para adaptarle dos motores. Por último, se prevé la posibilidad de que el INI cambie las cabinas de los 3.000 F-5 norteamericanos que se utilizan, básicamente, para misiones de entrenamiento.

Si las contrapartidas de los capítulos A y B parecen muy estructuradas, las compensaciones de los grupos C y D, cifradas en 1.067,2 millones de dólares por el constructor del F-18A, aparecen más difusas. La promoción de la inversión y la exportación, junto a proyectos especiales para el turismo de empresa en España, caracterizan el núcleo de las compensaciones teóricas estos capítulos. "Tendrán efectos a largo plazo", comentan los directivos de McDonnell. Consideran que España "hace un óptimo negocio". Total, la compra saldría prácticamente gratis, visto desde la óptica de McDonnell.

En la sede de McDonnell Saint Louis (Misuri), las cadenas de montaje del F-18A están en marcha. Salen los primeros aparatos para la Marina norteamericana, un tanto hipotecados por ciertos problemas técnicos -que han sido corregidos- y por los posibles recortes del presupuesto de Defensa de la Administración del presidente Reagan. De un total de 1.377 inicialmente previstos, se habla ahora en Washington de reducirlos a novecientos aparatos. "El informe último de la Navy es muy positivo", explican en McDonnell. En caso de cierta reducción del número de aparatos para el Ejército de Estados unidos, el hecho favorecería a España: "Podríamos acelerar las entregas en el programa FACA".

McDonnell tiene pedidos del F-18A de la Navy (1.377, en principio); Canadá, 138; Australia, 75, y España, 84. "Otros países, como Grecia y Turquía, se han interesado también por el aparato", comentan en Saint Louis. Sonrien y niegan a la pregunta de si también Marruecos ha mostrado interés por tan sofisticado y costoso avión. De firmarse el contrato antes del 31 de mayo, McDonnell comenzará la entrega del primer F-18A en enero de 1986, y el último, en octubre de 1989. "Estos aviones están calculados para veinte años de vida".

"Una ganga"

El precio de 22,5 millones de dólares por unidad es descrito como "una ganga", debido a la alta tecnología del avión, por uno de los ingenieros que muestran el centro de entrenamiento de pilotos. Réplicas en miniatura de todos los aviones de combate soviéticos aparecen en el campo de visión de la cabina del F-18A, "la más avanzada de todos los aviones de caza", apuntan."Aquí se entrenaron los dos pilotos de los F-14 que derribaron a dos Mig soviéticos del Ejército libio en el verano de 1981", comenta, con orgullo, uno de los responsables de la empresa. Detección simultánea de diez aparatos enemigos a la vez, ruido de motores, de misiles y control simulado del terreno y en el aire del área de combate forman parte del avanzado programa de entrenamiento de pilotos. ¿Cuentan con lo mismo en la Unión Soviética? "Suponernos que algo parecido, pero seguramente no tan avanzado", afirman los interlocutores de la firma estadounidense.

Octavo exportador de Estados Unidos, con el 55% de negocios en armamento, McDonnell Douglas ocupa el puesto 45 entre las primeras quinientas empresas de, Norteamérica y emplea a 71.000 personas. En 38 años de historia ha fabricado 8.183 aviones de combate, además de otras actividades en la aviación civil, misiles de crucero (los polémicos euromisiles) y participación en el programa especial del transbordador del espacio.

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