Se pide la intervención papal para liberar al español Pérez Alonso
"Santísimo Padre: nos permitimos distraer su atención de sus numerosas obligaciones para recordarle que nuestro hermano Carlos Pérez Alonso, jesuita español, sigue secuestrado en Guatemala desde el día 2 de agosto de 1981, secuestro que tuvo lugar cuando salía de decir misa del Hospital Militar. Perdón por nuestra insistencia, pero como nos hemos enterado por los medios de comunicación de que Su Santidad viaja a Guatemala en los primeros días del mes de marzo, es por lo que le pedimos, suplicamos y rogamos que interceda por nuestro hermano". Este es el texto de la carta enviada a Juan Pablo II, que el lunes próximo visitará Guatemala, por los familiares del jesuita Carlos Pérez Alonso, único español desaparecido en Centroamérica.Los familiares han enviado otras cartas pidiendo la intervención del presidente del Gobierno español, Felipe González; del presidente guatemalteco, Efraín Ríos Montt; del cardenal primado de Guatemala, monseñor Mario Casariego, y del nuncio apostólico en aquel país, Oriano Quilici. A todos han expresado su convencimiento de que el sacerdote burgalés sigue con vida actualmente.
Entre los indicios de que se dispone para mantener esta hipótesis se encuentra el hecho de que Carlos Pérez Alonso fue secuestrado a plena luz del día en el centro de Guatemala y ante varios testigos, entre ellos los soldados que custodiaban el Hospital Militar en el que el sacerdote español acababa de decir misa.
Pero la familia dispone de otros indicios, presentados recientemente ante la comisión del Senado que investiga los casos de los españoles desaparecidos en Latinoamérica, como la carta enviada hace meses desde Talismán (México) por una persona que, por razones de seguridad, no quiso dar su nombre, y que acababa de ser puesta en libertad tras su detención por los escuadrones de la muerte de Guatemala. El autor anónimo de esa carta aseguraba que Carlos Pérez Alonso se encontraba vivo y añadía que "si el Gobierno de su país quisiera intervenir, podría hacerlo". Desde hace más de un año, y como consecuencia del asalto con víctimas a la Embajada española en Guatemala, Madrid no mantiene relaciones diplomáticas con ese país centroamericano.
Los familiares han recibido una llamada telefónica, también anónima, en la que se les precisaba que el sacerdote se encontraba en un lugar de la frontera entre Honduras y Nicaragua. La comunicante, que dijo llamar desde una cabina telefónica de París, aseguró que fue la encargada de atender a Carlos Pérez Alonso de una grave hepatitis contraída durante su cautiverio.
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