El Ministerio del Interior, dispuesto a poner orden en el espectáculo taurino
Carlos Sanjuán de la Rocha, subsecretario del ministerio del Interior, dice que está dispuesto a realizar el proyecto del departamento de poner en orden el espectáculo taurino. A lo mejor el cambio en la actitud de la Administración frente a la fiesta de los toros vaya a ser este: que, por primera vez en su historia, afronte el problema por un cauce institucional, y no a través de políticos aficionados a los toros."Lo que verdaderamente importa", dice Sanjuán de la Rocha, "es abordar los problemas de la fiesta mediante los adecuados instrumentos técnicos, legales y administrativos, en el marco del Ministerio del Interior. Posiblemente vayamos a la creación de un consejo, dentro del cual trabajarán diversas comisiones especializadas. Con carácter prioritario abordaremos la erradicación del fraude del afeitado y la reforma del reglamento".
Un planteamiento de este tipo tiene perfiles esperanzadores. El sueño del sector taurino es, precisamente, que haya en la Administración un ente específico, unitario -muchos querrían Dirección General- que estudie y ordene la fiesta con visión global y tenga competencias efectivas respecto a todos y cada uno de sus estamentos. Un consejo no alcanzaría tanto rango pero sería suficiente si se cumple el reglamento. No es nada nuevo, por otra parte. Todos los años Interior distribuye circulares de este tipo, con unos resultados apenas perceptibles.
(Con posterioridad a la entrevista supimos que el ministro del Interior, José Barrionuevo, y el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, Javier Angelina, habían estudiado el enfaque administrativo que debe teneir la fiesta de los toros, pues interesa tanto a la corporación municipal como al departamento desarrollar de mutuo acuerdo y mediante cauces estables la política taurina del partido socialista, y coincidieron en que sería necesaria la creación de una Subdirección General de Asuntos Taurinos).
Sin embargo, el órgano específico podría tardar algún tiempo en crearse, y el público de toros no está para más esperas. En todas las plazas, desde hace lo menos cuarenta años, se producen graves irregularidades, y por los tendidos circula una denuncia unánime: "El problema de la fiesta lo es de autoridad". A un subsecretario de Interior comprendemos que le inquiete semejante acusación. ¿Problemas de autoridad en esta casa? Carlos Sanjuán ya se ha curado en salud dirigiendo a todos los gobernadores civiles y delegados del Gobierno una circular en la que les recuerda la necesidad de que se cumpla el reglamento. No es nada nuevo, por otra parte. Todos los años Interior distribuye circulares de este tipo, con unos resultados apenas perceptibles.
No obstante, ahora, con el Gobierno socialista, parece que la instrucción va en serio. Y el subsecretario, que no entenderá demasiado de toros (ni falta que le hace) pero de autoridad y administración sí, nos explica los puntos sobre los que acentuará la vigilancia: "El reglamento vigente hay que cumplirlo en todos sus extremos, por supuesto, si bien, hay en él algunas cuestiones que necesitan especial atención. Primero, el artículo 134, el del afeitado, cuya aplicación será rigurosa, tanto en la cuantía de las sanciones -250.000 pesetas por infracción y 500.000 en los casos de reincidenciacomo en el análisis de las astas, que se deberá efectuar con plenas garantías y con la máxima celeridad. Segundo, eliminar irregularídades o confusiones en la identificación de las reses, pues en ocasiones se lidiaron algunas que no pertenecían a la ganadería anunciada. Tercero, que la suerte de varas sea tal y como está previsto en el reglamento, lo mismo en el número de puyazos, que en las características de los petos, que en el degarrollo del tercio".
Hay un proyecto del Ministerio de Interior, según nos dice el subsecretario, para descentralizar los análisis de las astas sospechosas de manipulación; para garantizar que lleguen a las facultades y Escuela de Sanidad Veterinaria aquellas que, efectivamente, envía la autoridad; para que los dictámenes sean correctos, y para que la resolución sobre cada caso se produzca en corto plazo. Y en cuanto a la responsabilidad del afeitado, Carlos Sanjuán entiende que no debe imputarse sólo al ganadero sino también, y con el mismo grado de culpa, al empresario y al torero que lidie la res despues de ser manipulada: "Estableceremos que, en caso de afeitado, los tres serán sancionados, salvo que alguno de ellos pueda demostrar, de manera fehaciente, que desconocía el fraude".
"En cuanto a la suerte de varas y su posible reforma", añade el subsecretario de Interior, "es dificil que lleguemos a un acuerdo toreros, ganaderos, picadores, aficionados, Administración, etcétera. Por supuesto que oiremos a todas las partes interesadas, pero lo que jamás haremos es someter a votación éste ni ningún otro artículo, como creo que se hizo en las reuniones que se celebraron hace unos tres años en esta casa para la elaboración del reglamento.
La decisión última la adoptaremos nosotros, como es lógico. Ahora bien, en aquellas reuniones se hicieron algunas propuestas muy válidas, como, por ejemplo, la convocatoria de concurso para el diseño de un peto protector del caballo de picar, que podría modificarse en su composición y estructura, respecto al tradicional. Esas propuestas las vamos a estudiar a fondo".
No hay tiempo para que el nuevo reglamento se elaborey apruebe este año, pero al público de toros le bastaría con que se cumpla el actual.
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