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Yuri Andropov reitera su campaña para nacionalizar el sistema económico soviético

El centenario de la muerte de Carlos Marx ha dado la oportunidad al líder de la URSS, Yuri Andropov, de insistir en su campaña a favor de la nacionalización del sistema económico soviético. En un largo artículo que próximamente publicará la revista teórica mensual Komunist, Andropov traza un panorama crítico sobre la marcha de la economía soviética, reconociendo -por segunda vez en lo que lleva de mandato- la existencia de inflación en la Unión Soviética.

Sin llegar a mencionar explícitamente la palabra inflación, Yuri Andropov afirmaba que la "masa monetaria en poder de la población debería de ir pareja a la existencia de las cantidades adecuadas de bienes de consumo y servicios".El mes pasado -en su primer discurso de contenido casi exclusivamente económico- el líder soviético había ya denunciado la desconexión existente en la actualidad entre la masa monetaria y la oferta de bienes y servicios.

Hasta el momento, la doctrina soviética al respecto consideraba a la inflación como producto exclusivo del capitalismo. La Gran Enciclopedia Soviética afirma al respecto que este fenómeno sólo se da excepcionalmente en el socialismo, debido bien a causa de los gastos ocasionados por una guerra o bien por fallos del sistema de planificación.

Las alusiones de Andropov al exceso de masa monetaria en circulación han reavivado los rumores que intermitentemente vienen produciéndose en Moscú desde hace varios años, sobre una posible reforma monetária. Desde la creación del Estado soviético, la reforma monetaria ha sido la principal -y casi única- arma antiinflacionista.

Reformas monetarias

En el período 1918-1922, en 1947 y en 19611 el Gobierno de la Unión Soviética realizó reformas monetarias que, en las dos últimas ocasiones, supusieron el cambio de todo el dinero en circulación, en una relación de un rublo nuevo por diez antiguos.Los precios no siempre sufrían esta misma adaptación proporcional y, por otra parte, el cambio del nuevo dinero por el antiguo tendía a perjudicar a los más importantes ahorradores, ya que se marcaban diversos topes a partir de los cuales la tasa de cambio de diez por uno se iba incrementando.

Por lo demás, el artículo de Andropov en Konunist viene a concluir que el sistema funciona, pero que es necesario introducir nuevas reformas. Nuevamente, el líder soviético hace un llamamiento a favor del ahorro y uso racional de la materias primas, la mano de obra y los recursos financieros.

Entre las causas de las dificultades económicas por las que atraviesa la Unión Soviética se citan los "considerables déficit" agrícolas registrados en los últimos cuatro años y la necesidad de canalizar buena parte de los recursos hacia la obtención de energía y materias primas en las lejanas regines orientales y norteñas.

Como viene siendo la norma en casi todas las publicaciones soviéticas a partir de la recientemente estrenada era Andropov, se atacaba duramente al parasitismo, cuyos. perjuicios -se afirma- terminan extendiéndose a todo el conjunto de la sociedad.

Los incentivos económicos y morales, añade Yuri Andropov en su artículo de la revista Komunist, deben de ser acompañados por "una eficaz organización del trabajo", motivando a los trabajadores para que se sientan partícipes y autores de los frutos de sus tareas y vinculados "a los planes de la comunidad".

El líder soviético tiene también muy duras palabras contra el escaso nivel de automatización con que cuenta la industria soviética, en la que -según los datos ofrecidos por Andropov-, el 40% del trabajo se hace manualmente, lo que, a su juicio, es económicamente imposible".

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