Buenas perspectivas para la exportación española a Irán
ENVIADO ESPECIAL,España tiene en Irán un buen mercado para sus máquinas herramientas, uno de los sectores más competitivos de nuestra producción, así como en el sector de los productos siderúrgicos para la construcción, los productos químicos y farmacéuticos, los alimentos y las materias primas textiles.
De acuerdo con fuentes de la representación comercial española en Teherán, en los tres primeros trimestres del año pasado España vendió en Irán 171,1 millones de dólares, los cuales el 67% estaba constituido por los materiales para la construcción, tales como tubos, trenzados y vigas. En este sector, que Irán experimentó una cierta detención tras la revolución, se observa una paulatina reanudación de actividades, sobre todo en la construcción de viviendas unifamiliares y de otro tipo.
En cuanto a otros rubros de la eventual participación española, las fuentes señaladas destacaron que la competitividad es muy fuerte, por cuanto que los productos industriales españoles han de lidiar con otros procedentes de Alemania Occidental, Italia y Yugoslavia, así como con los coreanos, cuya presencia en el mercado iraní nunca desapareció.
La presencia de productos franceses, británicos y japoneses sigue siendo muy elevada, con las ventajas que supone su incorporación de tecnología muy desarrollada.
Existen igualmente perspectivas buenas para la industria española relativa a los proyectos de pequeñas unidades industriales y de programas de desarrollo rural y agrícola. Irán se encuentra hoy a este nivel en un estadio similar al acometido por España durante la etapa comprendida entre 1958 y 1965. También hay cierto horizonte para la instalación de plantas de montaje de vehículos tractores y similares.
Coches por petróleo
La empresa Santana ensambla vehículos Land Rover y mantiene establecido un acuerdo con Irán, por él cual trueca sus producciones por unos 8.000 barriles de crudo al día, por un valor de unos sesenta millones al año. Este acuerdo puede acarrear nuevos contratos similares entre la industria automovilística española e Irán, y su seguimiento se observa con atención desde Teherán.La balanza comercial hispano-iraní es claramente favorable a Irán, que vendió a España unos 706 millones de dólares en los tres primeros trimestres de 1982, de los cuales 694 fueron procedentes de la venta de crudos petroleros, y el resto, pequeñas partidas de mineral de zinc, textiles y otros.
Lo más revelador es el hecho de que Irán tiene una muy elevada capacidad de compra, sus disponibilidades, sus reservas y su liquidez han aumentado notablemente en el último año, y normalmente las operaciones realizadas en aquel país por España a través de empresas de diferentes sectores comportan resultados satisfactorios.
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