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Los detenidos en Malasaña afirman que fueron arrestados arbitrariamente y que soportaron malos tratos

Los diecinueve jóvenes detenidos durante los incidentes ocurridos en el barrio de Malasaña en la madrugada del domingo han hecho público un comunicado, después de ser puestos en libertad por la autoridad judicial, en el que afirman que fueron detenidos arbitrariamente y que soportaron "vejaciones tanto físicas como psíquicas, no propias de un Estado democrático". Por otra parte, los carnavales en el barrio de Malasaña, tras estos incidentes, se han venido desarrollando dentro de la más absoluta normalidad y dentro de un ambiente festivo.

Los diecinueve detenidos afirman en su comunicado que la policía se presentó en el bar La Oriental, tras la llamada de su dueño, porque un joven se había caído encima de una máquina tragaperras. "El joven, que se encontraba apoyado en la máquina,", dice el comunicado, "cayó encima de ésta, al entrar un grupo de personas en el bar que se encontraba absolutamente repleto de gente". La policía llegó en un zeta que encontró serias dificultades para acercarse allí. "El vehículo desplazó a algunas personas que se encontaban en la calle", dice la nota, "ya que la zona estaba muy concurrida y cuando el zeta llegó hasta la puerta del establecimiento, las personas que se encontraban allí se quedaron observando el vehículo en actitud tranquila". Después, uno de los policías detuvo a José Luis Mouriño, "sin darle explicación alguna y apuntándole con la metralleta". Posteriormente comenzaron los disparos al aire y la policía pidió por radio más dotaciones.Varios de los detenidos han manifestado que la policía "estuvo disparando horizontalmente" y que su actuación "fue indigna y desproporcionada en una fiesta popular, donde las más de 10.000 personas que estaban en la zona se vieron amenazadas por la actitud policial, que, también, desalojó varios bares con gran violencia y sin explicaciones".

Varios de los detenidos afirmaron que algunos policías nacionales maltrataron a varios de los detenidos y manifestaron que el tratamiento en los calabozos de la comisaría de Centro fue absolutamente denigrante. "Cuando llegó una abogada de oficio para asistirnos", manifestó uno de ellos, "Los policías comenzaron a tratarnos de usted y, en cuanto se fue la letrada, los policías volvieron a maltratarnos con frases como: "venga hijo puta, que vais a ir directos a Carabanchel". Los diecinueve detenidos fueron acusados por la policía de insultos a las fuerzas de seguridad y de alteraciones del orden público. A ninguno deellos le intervinieron droga o armas. La autoridad judicial les puso inmeditamente en libertad en la tarde del lunes, con lo que, según el presidente de la junta del distrito de Centro, Francisco Herrera, la actuación policial ha quedado en clara evidencia.

"Estamos rodeados"

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José Luis Mouriño, al que la información oficial califica como el alborotador que estaba golpeando las máquinas tragaperras y por el que presuntamente se iniciaron los incidentes de Malasaña, es un camarero de La Coruña que había venido a pasar unos días a Madrid. "Yo estaba apoyado en una máquina tragaperras" dice José Luis, "cuando entró un grupo de gente y, como estaba el bar lleno, me empujaron y me caí encima de la máquina. No estaba destrozando máquinas como han dicho en algunos sitios". Allí fue detenido, me tralleta en mano y sin ninguna explicación. Mouriño escuchó, cuando se encontraba en el interior del vehículo policial, que "un policía llamaba por radio pidiendo más zetas y decía estamos rodeados'. Pero ¿cómo no íbamos a estar rodeados si no cabía una mosca en la calle? ¡Estábamos rodeados todos contra todos!".

El segundo de los detenidos fue un joven que salió del bar La Oriental, después de que la policía hiciera varios disparos al aire. El joven salió a la calle y le dijo a uno de los policías nacionales: "Oye, no disparéis que vais a matar a alguien". Inmediatamente y también sin explicación alguna, siempre según la explicación de los detenidos, fue bruscamente introducido en el vehículo policial.

José Joaquín, otro de los diecinueve detenidos, dijo que llegó con su mujer a la calle de la Palma. "Llegamos en un taxi y nos encontramos con todo el follón; nos refugiamos en el pórtico de un establecimiento justamente al lado de un coche de la Policía Nacional; uno de los policías disparaba en horizontal contra la gente, hasta que llegó otro de sus compañeros y le dijo: 'oye, no seas maricón y dispara al aire". Posteriormente, un policía golpeó a José Joaquín con la porra en la cara. "Mi mujer se volvió y le dijo que preguntara antes de pegar a nadie, y, a continuación, nos detuvieron sin darnos razón alguna". Durante el trayecto, afirma éste, "uno de los policías dijo a sus compañeros: 'oye, parad un momento en algún sitio que a éste le vamos a poner guapo', pero los otros le dijeron que se dejara de tonterías".

Ramiro Sánchez, detenido esa noche, estaba en la plaza del Dos de Mayo con dos amigos y con su novia. "Al pasar frente a La Oriental", ha declarado, "vimos que llegaba un coche de la policía; todo estaba muy tranquilo pero preferimos alejarnos del lugar y cuando estábamos en la calle de la Palma empezaron a llegar más coches y comenzaron los disparos; en uno de esos momentos levanté los brazos y dije: '¡pero qué están haciendo!'. No me dio tiempo a más porque llegó un policía y me llevó hasta el zeta, sin explicaciones".

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