EE UU y Europa negocian un acuerdo de política agrícola

La guerra comercial entre Estados Unidos y la Comunidad Económica Europea (CEE) no es más que la continuación de la política agrícola por otros medios. Para intentar desactivarla, o al menos evitar su escalada, una delegación estadounidense, presidida por el subsecretario de Agricultura, Richard Lynch, mantuvo ayer en Bruselas la segunda ronda de consultas técnicas con el equipo de Claude Villain, director general de Agricultura de la Comisión Europea. El único acuerdo al que se llegó versó sobre la identificación estadística de los puntos contenciosos, pero ninguna solución a la vista. La reunión decidió, según un portavoz de la Comisión, la redacción de un informe conjunto a pasar, a principios de marzo, a las respectivas autoridades. Pero el informe, en principio, no incluirá recomendaciones, sino tan solo constataciones.La atmósfera estaba enrarecida al esperarse una inminente declaración pública en Washington sobre la venta de 20.000 toneladas de productos lácteos subvencionados a Egipto, unas semanas después de que Estados Unidos desplazara a la CEE de aquel país en el mercado de la harina de trigo, no respetando, según la Comunidad, las reglas del comercio internacional fijadas en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT).

Washington desmintió que hubiera llegado a un acuerdo lácteo con Egipto, pero no que estén en curso las negociaciones a tal fin, ni que el acuerdo se hiciera respetando las reglas del GATT. La CEE se reserva medidas de represalia.

En las consultas de ayer, según la Comisión, se llegaron a esclarecer ciertos puntos referentes a cereales, productos lácteos, aves, huevos, manzanas y otros, teniendo en cuenta la recesión mundial y las deudas que asfixian a los países del Tercer Mundo y que podrían requerir una acción conjunta por parte de la CEE y de EE UU.