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La renegociación del convenio hispano-norteamericano, frenada por los cambios de altos cargos en Exteriores

La política de cambios personales del nuevo Gobierno socialista en la Administración pública, y concretamente en el servicio exterior, está retrasando considerablemente la elaboración de instrucciones para las negociaciones pendientes en los temas que afectan a nuestras relaciones internacionales. Uno de estos temas es el de la revisión que el Gobierno desea llevar a cabo en el vigente Convenio de Amistad, Defensa y Cooperación con Estados Unidos. La Embajada norteamericana en Madrid ya tiene el visto bueno de su Gobierno, previa consulta con el Congreso, para iniciar las conversaciones con la parte española a fin de retirar del convenio las referencias existentes a la OTAN.

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Un texto de compleja revisión

Sin embargo, fuentes diplomáticas españolas dijeron a EL PAIS que "aún no se tienen instrucciones precisas" sobre cuál debe ser la política a seguir en los cambios que se quieren introducir en el texto que fue firmado el 2 de julio pasado".Estas fuentes insisten en que la remodelación de altos cargos y de embajadas, que puede abarcar hasta una treintena de puestos en la carrera diplomática, ocupa prácticamente el trabajo del actual ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, al tiempo que impide que se distribuyan adecuadamente las nuevas funciones y responsabilidades.

"El despacho del ministro se asemeja estos días a una estación de ferrocarril", comenta uno de los funcionarios del palacio de Santa Cruz. "Cuando está en juego una política de Estado, donde la continuidad en política exterior es fundamental, el haber prescindido de prácticamente todos los directores generales y sus equipos supone crear un grave vacío", añade el citado diplomático, que, entre otros ejemplos, señala que la Dirección General de Europa ha estado vacante durante veinticuatro días desde el cese del anterior equipo que la dirigía.

Aunque los líderes socialistas ya habían dejado constancia durante la campaña electoral de sus deseos de revisar el texto del convenio bilateral antes de remitirlo a las Cortes para su ratificación, fue el pasado 16 de diciembre cuando lo comunicó formalmente al Gobierno norteamericano, con ocasión de la visita a Madrid del secretario de Estado, George Shultz.

El ministro Morán declararía en la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados, en enero, que "si se obtienen garantías de que el convenio no nos conectará con la Alianza Atlántica, el texto firmado en julio por el anterior Gobierno será llevado al Parlamento para su ratificación antes del 21 de mayo de 1983, fecha en la que, en caso contrario, y de no producirse su prórroga, tendrían que desmantelarse las bases norteamericanas".

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No hay problema para la Embajada norteamericana

Un portavoz de la Embajada de Estados Unidos en Madrid -cuyo titular, Terence Todman, preside la delegación que negoció el anterior documento- informó que "no existía ningún problema por parte de su Gopbierno" y que no cree que sean necesarias negociaciones formales para introducir los cambios que desea el Gobierno español. "Bastarán conversaciones informales", añadió.

"Estamos preparados, el convenio nos parece bueno y lo que nos interesa se contempla en él. Si el Gobierno español quiere hacer una. precisión adicional que diga que nada de lo que figura en el texto supone un endoso al hecho de la presencia española en la OTAN, por nuestra parte no hay problemas", manifestó el citado portavoz.

La Embajada norteamericana en Madrid coincide también con la posición oficial española, en que el tema de la base de Torrejón no está planteado en estos momentos.

Sin embargo, en medios diplomáticos, españoles se piensa que la revisión del convenio puede resultar más compleja de lo que parece a primera vista. El ex secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gabriel Mañueco, declaró a EL PAIS que todo depende de lo que el Gobierno tenga en mente. Para Mañueco, que aún continúa al frente de la delegación negociadora española del convenio, "una revisión del tema OTAN es compleja porque en el texto que se negoció en su día la presencia de España en la Alianza se trasluce en muchos artículos, aunque en ninguno se marca específicamente, salvo en el preámbulo, en donde existe una referencia directa cuando habla de que 'son parte en el Tratado del Atlántico Norte'...". "De momento sólo han existido unas conversaciones diplomáticas iniciales, pero no tenemos instrucciones y se está muy en los comienzos", afirmó Mañueco. Por su parte, el portavoz de asuntos exteriores de Alianza Popular, Guillermo Kirkpatrick, criticó la revisión propuesta por los socialistas diciendo que "la defensa de los intereses de España debe hacerse en términos reales, no ideológicos".

Para Kirkpatrick, "en términos reales el convenio es bueno, pero el 90% de los beneficios que proporciona se deben al hecho de la integración de España en la OTAN. Me temo que el nuevo texto que se prepare nos coloque en un tratamiento de terceros países, y no de aliados, que dificulte las transferencias tecnológicas y la modernización de nuestro sistema defensivo.

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