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Fernando Morán afirma que 1986 será la fecha probable de ingreso de España en la CEE

Xavier Vidal-Folch

"No sería aventurado pensar en 1986 como la fecha de la adhesión de España a la Europa comunitaria", manifestó ayer el ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, tras la clausura de una jornada europeísta, en la que participó el vicepresidente de la comisión, Lorenzo Natali. Este ahogó por una cierta simultaneidad de los procesos de integración de España y Portugal.

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Fernando Morán amplió su hipótesis en una rueda de prensa señalando que la fecha concreta de la firma del tratado de adhesión "dependerá en gran parte de cómo vaya la vida comunitaria" y concretamente la superación de la crisis económica. Actualmente, insistió el ministro español, "la coyuntura no favorece: el mundo está viviendo un renacimiento del proteccionismo". Pese a ello, diversas previsiones sitúan el relanzamiento económico mundial en 1984, "y es cosa sabida que España es muy sensible a la coyuntura internacional, de forma que en épocas de alza se aprovecha mejor de ella que otros países, y los períodos de recesión le afectan más gravemente". Si esta previsión se cumple "el clima será distinto y no sería aventurado pensar que en 1985 o en 1986 se produjese la integración".Mientras tanto, el programa de trabajo se guía por el criterio de "conseguir un período transitorio único para todos los temas, tanto industriales como agrícolas, de libertad de establecimiento y de circulación de mano de obra" y de ningún modo "un período corto para el sector industrial y largo para el agrícola, como parecen pretender algunos países cercanos". Sobre la duración de este período, Morán se limitó a señalar que debía ser "razonable, ni tan largo que evite los incentivos a la reforma interna, ni tan corto que coarte la necesaria protección temporal" de la economía española.

Hasta la entrada del nuevo Gobierno, el estado de la negociación de España con la comunidad era el siguiente: acuerdo en seis de los dieciséis capítulos, avance sustancial en otros ocho y paralización ole las conversaciones en agricultura y pesca. En lo agrícola, "esperamos que la comunidad fije su posición en marzo como tarde" (ver información adjunta), mientras que en el tema pesquero, "hoy mismo Dinamarca parece que ha desbloqueado las conversaciones para el plan pesquero comunitario de 1983, lo que puede tener efectos muy positivos para nuestras negociaciones".

La posición francesa explicitada en Bonn por el presidente Mitterrand y la inclusión de un párrafo sobre la ampliación en el comunicado franco-alemán fueron valoradas positivamente: "Hay un enfoque de Francia, desde hace un mes, que no condiciona la negociación a la resolución previa de los problemas intercomunitarias", manifestó Morán, "lo que constituye un avance importante" aunque no resuelva "autornáticamente" todas las cuestiones.

Previamente, en la conferencia de clausura de la jornada europeísta, el ministro español de Asuntos Exteriores había reali zado una lectura entusiasta, pero crítica, de la integración española a la Europa comunitaria: "La actitud crítica de la opinión pública española hacia la Europa comunitaria va cobrando mayor cuerpo", manifestó, "a medida que se prolongan unas negociaciones ya excesivamente largas y en idéntica proporción a las incapacidades de que la comunidad está dando muestras para hacer frente a los retos que se le presentan". Criticó, en este sentido, a los Gobiernos centristas de haber mantenido "una actitud acrítica y obsesiva hacia Europa como única garantía para la supervivencia del sistema".

Frente a ello, Fernando Morán postuló una actitud europeísta, pero crítica, puesto que "las soluciones para España pasan por Europa pero esto no debe llevarnos a pensar que Europa por sí sola vaya a resolver nuestros problemas". En este sentido afirmó que "no es España o determinado país miembro de la comunidad sobre quien debe hacerse recaer las dificultades que experimenta la comunidad".

El vicepresidente de la comisión, -órgano ejecutivo de la comunidad-, Lorenzo Natafi, abogó por una cierta simultaneidad de la integración española y la portuguesa: "El problema de la simultaneidad de la adhesión", dijo Natali, "puede encontrar eficaces soluciones pragmáticas". De esta manera, cualquier expediente jurídico sería suficiente para posibilitar "un protocolo concluyente de una de las dos negociaciones, el cual posteriormente, al cerrar la siguiente negociación, se convirtiera en parte integrante de un único tratado de adhesión". En otras intervenciones, el rector de la Universidid Autónoma, Antoni Serra, propugnó una reconversión industrial orientada a los sectores con futuro; el presidente del Círculo de Economía, Juan Antonio Delgado, reclamó mayor información al empresariado; y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, dijo que sería un mal camino "no optar" por la integración.

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