Avance en el tratamiento de la leucemia para evitar la destrucción de células sanas
Las investigaciones de un biólogo escocés para inhibir la acción de los hemocitoblastos durante los tratamientos radiológicos y farmacológicos a los que son sometidos los enfermos de leucemia pueden abrir una nueva esperanza de vida para ellos. Las investigaciones llevadas a cabo por el doctor Eric Wright, del departamento de Anatomía y Patología Experimental de la Universidad de Andrew, en Escocia, pretenden establecer los mecanismos que utiliza el cuerpo humano para la producción de células sanguíneas.
La leucemia es una afección que se caracteriza por el aumento considerable de glóbulos blancos en la sangre, que constituye una proliferación rapidísima y desordenada de células tumorales. Los mecanismos desencadenantes son todavía desconocidos, aunque es evidente que las alteraciones, en el número y estructura, de las células tumorales provienen de mensajes erróneos transmitidos mediante moléculas glucoproteínicas a los bloques reproductores de la médula ósea.Es en la médula ósea, en los ganglios linfoides y en el bazo donde se encuentran los hemocitoblastos, grandes células que constituyen el origen de los glóbulos blancos -excepto los monocitos-, de los glóbulos rojos y de las plaquetas, y son por tanto responsables de la reproducción de las células sanguíneas. A la leucemia aguda se le conoce también como hemocitoblastosis.
Dosis limitadas
El doctor Eric Wright cree que su trabajo puede resultar especialmente esperanzador para aquellos pacientes leucémicos que se encuentran sometidos a fuertes tratamientos a base de radiología y quimioterapia.Según él, "uno de los problemas más importantes que plantean los actuales tratamientos contra las células turnorales es que las células normales también pueden resultar dañadas de forma irreparable. Debido a ello, la dosis terapéutica debe ser estrictamente limitada".
Para el doctor Wright, en este momento del tratamiento el problema alcanza su punto más crítico, dado que si se rebajan las dosis terapéuticas "el enfermo puede entrar en un círculo vicioso de muy difícil salida, ya que al disminuir la acción terapéutica, las células tumorales proliferan rápidamente, y si se aumenta por encima de un cierto límite, las células normales son dañadas irreversiblemente, con lo que se produce un nuevo avance de la enfermedad".
La destrucción del mayor número posible de células tumorales sin dañar irreversiblemente a las normales no constituye la solución al problema. La clave radica en poder controlar la labor de los hemocitoblastos responsables de la producción de las células sanguíneas.
El doctor Wright espera poder conseguir un método para "desconectar" a los hemocitoblastos responsables de la producción de células normales y dejar funcionando sólo los que generan células malignas, durante el tiempo de aplicación de tratamientos masivos, especialmente en lo que se refiere a radiaciones.
En opinión del doctor, "este método implicaría la posibilidad de incrementar considerablemente las dosis en los tratamientos radiológicos y farmacológicos, produciendo una masiva destrucción de las células tumorales mientras que las normales no se verían afectadas".
En los momentos actuales, el nivel de las investigaciones permite afirmar al doctor Wright la existencia de "datos que sugieren que, en los enfermos afectados de un tumor, es un solo hemocitoblasto el responsable del desarrollo de éste; es posible", continúa el doctor Wright, "obtener hemocitoblastos y extraer de ellos las moléculas de glucoproteína, que constituyen, en último término, las señales que detienen o ponen en marcha la reproducción celular.
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