España renuncia a plantear una iniciativa de paz para Centroamérica

El Gobierno socialista español ha renunciado a plantear una iniciativa propia respecto a la crisis centroamericana, atendiendo a los deseos de cuatro países latinoamericanos moderados (México, Panamá, Colombia y Venezuela) y con la intención de no complicar la negociación global que en estos momentos mantienen las administraciones de Felipe González y Ronald Reagan. Uno de los temas fundamentales en las discusiones es el nuevo Convenio de Amistad y Cooperación entre Madrid y Washington.Los representantes de estas cuatro naciones ante la Conferencia de Países No Alineados, que anoche concluyó en Managua con un reconocimiento implícito de la guerrilla salvadoreña como interlocutora válida, mantuvieron ayer una reunión a puerta cerrada con Jose María Benegas, asistente a esta reunión como representante del PSOE. Su presencia y la de una discreta delegación oficial española, en calidad simplemente de invitados, han sido bastante mal recibidas por el Departamento de Estado norteamericano, según informa nuestro enviado especial en Nicaragua, Jesús Ceberio.

La prudencia y moderación española no descartan un apoyo abierto a cualquier iniciativa que surja de la propia región en conflicto. España comparte con Francia, México, Panamá, Colombia y Venezuela la opinión de que la única forma de evitar que el duelo Este-Oeste condicione la búsqueda de una salida pacífica a la crisis de Centroamérica es garantizar que sean los propios países involuerados los que tomen la iniciativa.

Medios allegados a los socialistas españoles no descartan la posibilidad de que acabe produciéndose una intervención armada desde Honduras contra Nicaragua, apoyada directa o indirectamente por los servicios secretos norteamericanos. Este fue, al parecer, uno de los temas centrales de la larga conversación que mantuvo recientemente en La Habana con Fidel Castro el titular español de Cultura, Javier Solana.

Una de las principales polémicas entre los no alineados versó, precisamente, en torno a un párrafo de la resolucion final en el que se pretendía condenar los ataques contra Nicaragua desde Honduras.

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