Las relaciones con Francia son prioritarias en la política argelina
"Entre Argelia y Francia el horizonte sigue despejado". Esta frase pronunciada repetidamente por los dirigentes argelinos, ilustra el alto nivel que han alcanzado las relaciones económicas y políticas y demuestra que los contactos con el Gobierno socialista francés se han convertido en una prioridad de la política exterior argelina. Los dos países consideran que sus relaciones son un modelo a imitar entre países desarrollados y naciones en vías de desarrollo.Un acuerdo de cooperación agrícola firmado esta semana en Argel por la ministra francesa de Agricultura, Edith Cresson, constituye el último de los jalones en la larga lista de tratados y convenciones establecidas por Argel y París, desde que fuera firmado un histórica acuerdo político-comercial sobre las exportaciones de gas natural licuado argelino, hace ahora precisamente un año.
El Gobierno francés, a diferencia de otros interlocutores occidentales de Argelia, ha decidido globalizar sus relaciones económicas con este país, convencido de que al actuar de esta manera podría reforzar su presencia en el mercado argelino.
El tiempo ha dado razón a Mitterrand, quien puede comprobar cómo en el espacio de un año París ha obtenido contratos en Argelia por un montante que rebasa los 20.000 millones de francos.
Esta contrapartida a la firma del acuerdo sobre el gas natural es presentada aquí en función de un equilibrio económico que se basa en un precio remunerador de una materia prima exportada por Argelia, por lo que puede apreciarse que el gesto político realizado por París ha sido atendido ampliamente.
La ayuda tecnológica brindada por Francia, en ningún caso gratuita, está allanando el camino de otras perspectivas comerciales, facilitadas por el hecho de que los argelinos prefieren equiparse en la antigua metrópoli, por motivos de idioma y posibilidades de mantener el flujo de recambios. Esto va a traducirse, en concreto, a definir un orden de prioridad para la adquisición de productos franceses.
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