Olvido de Galicia
Agostumbrados como estamos los lectores gallegos de EL PAIS al sistemático olvido que ese periódico dedica a Galicia como nacionalidad histórica, tanto más evidente cuanto que contrasta con el rigor que aborda otros muchos temas, no puede ya sorprendemos la incalificable omisión cometida en el editorial del pasado día 4, titulado La política autonómica del nuevo Gobierno. En el mencionado editorial se dice textualmente: "... la afortunada pervivencia de idiomas y culturas propios en Cataluña y el País Vasco...".Esta frase, inserta en un editorial que comenta la política autonómica del Gobierno español en general, sólo admite dos interpretaciones referentes a Galicia: o ésta no tiene idioma y cultura propios o su pervivenciales considerada por EL PAIS como no afortunada. La primera interpretación no resiste un somero análisis de la realidad, habida cuenta que el idioma gallego es hablado por un porcentaje de la población de Galicia superior a lo que ocurre con el catalán en Cataluña o el eusquera en el País Vasco, aunque los que hablan gallego pertenencen mayoritariamente a las clases menos favorecidas, al contrario de lo que ocurre en las otras dos nacionalidades histórica s, que han registrado una intensa corriente de inmigración en épocas recientes. Por lo que respecta, a la cultura propia, y sin entrar a valorar aspectos menos cuantificables (tradiciones, folklore, costumbres ... ), sí se puede afirmar, al menos, que las obras de literatura escrita en gallego son mucho más, numerosas que las existentes, por ejemplo, en eus quera.
Estamos seguros de que esta
Pasa a la página 8
Olvido de Galicia
Viene de la página 7realidad es conocida por el periódico de su dirección y, por otro lado, preferimos pensar que usted no considera desafortunada la pervivencia de una cultura, sea ésta cual sea.
Lo que ocurre, una vez más, es que el editorial aludido el cual, por cierto, no hace ninguna referencia a Galicia, a pesar de haber accedido a la autonomía por la vía del artículo 151 de la Constitución, en las condiciones a las que le daba derecho la disposición transitoria segunda, que es la que proporciona un criterio, aunque sea circunstancial, para delimitar las nacionalidades históricas- cae en el grave error de confundir la existencia de fuerzas políticas nacionalistas representadas en las Cortes Generales con una realidad muy diferente, que es la pervivencia del idioma, la existencia de elementos culturales, geográficos y sociales, en general, que configuran una nacionalidad. Este tipo de errores es, por desgracia, muy común, y su persistencia en las páginas de prestigiosos medios de comunicación y en la boca de conocidos políticos nos ofrece a los gallegos una clara reflexión: nuestro idioma, nuestro carácter como pueblo dependen para su afirmación de la existencia de fuerzas políticas capaces de defenderlos.
También a los vascos y catalanes les brinda una advertencia, que ellos parecen conocer: el día que sus partidos políticos nacionalistas sean arrinconados, su cultura quedará automáticamente postergada. /
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.