Los franceses, por un recrudecimiento de la represión contra el separatismo corso

La mayoría de los franceses desean que el Gobierno acentúe la represión en Córcega contra los separatistas del ex FLNC. Estiman que las medidas antiterroristas adoptadas la semana pasada son insuficientes y, para clarificar el futuro, creen que debe consultarse a los franceses por medio de un referéndum. Un informe en base al cual actuará el nuevo comisario de la República en Córcega, Robert Broussard, establece que el movimiento independentista no depende, de ninguna manera, de potencias extranjeras.La encuesta, realizada a raíz de los últimos atentados contra personas -desde su fundación, en 1976, tan sólo los bienes venían siendo objeto de ataques-, demuestra que el 62% de los ciudadanos galos quieren que se les consulte por medio de un referéndum para decidir sobre el futuro corso. Para el 85%, Córcega es Francia y el 61% no piensa que un día la suerte de la Isla de Belleza pueda semejar a la de Argelia.

Una mayoría de los ciudadanos (el 67%) teme que los atentados se extiendan al continente. Y el 56% quiere que la represión se acentúe. Para el 54%, los militantes del ex FLNC (disuelto la semana pasada por el Consejo de Ministros) son puros activistas, aunque para el 40%, los autores de los atentados son militantes que utilizan la violencia en sus reivindicaciones.

El nuevo comisario de la República se hará cargo de sus funciones para conseguir la paz civil en Córcega a mediados de esta semana. Todas las miradas de los franceses se concentran en este personaje cuasi mítico que el régimen giscardiano calificaba de super flic. Broussard es un conocedor de la isla. Entre los documentos e informes en los que se apoyará para establecer su plan operacional figura una amplia encuesta realizada durante los últimos años por todos los servicios policiales. Contiene las fichas de doscientos militantes corsos separatistas, de personalidades políticas, de periodistas y de otras personas ligadas al ex FLNC. También afirma este documento que "ninguna influencia extranjera" se deja notar en las actividades de los separatistas, al margen de unos lazos de simpatía entre miembros del ex FLNC, y los de la ETA española y el IRA irlandés. La financiación se asegura que es interna; las armas proceden de robos en el interior o de compras en el mercado paralelo.