Mitterrand reitera a la URSS su negativa a reducir su arsenal de armas nucleares

Pedirle a Francia que recorte, ni en lo más mínimo, su arsenal nuclear es un sueño, afirmó el presidente de la República, François Mitterrand, en unas declaraciones al segundo canal de la televisión gala. También confirmó que la defensa nuclear francesa será prioritaria en el programa militar de los próximos años, que en estos momentos se está elaborando.

En sus últimas propuestas sobre el equilibrio de fuerzas, el número uno soviético, Yuri Andropoy, pedía que se contabilizaran en el campo occidental las fuerzas nucleares francesas y británicas.

Ahora, François Mitterrand responde categóricamente que "pensar que Francia pueda reducir, aunque sólo sea en un ápice, su armamento actual, es tanto como soñar".

Con insistencia, el presidente francés recalcó lo intocable de la independencia francesa en este aspecto. "Nadie, en nuestro lugar, decidirá sobre nuestra seguridad y nuestra independencia".

En estos momentos, el Gobierno galo elabora la ley que establecerá el programa militar del país para los años 1984-1988. Mitterrand confirmó que la fuerza de disuasión nuclear primará sobre todas las demás componentes.

Anotó, empero, que así como los soviéticos y los americanos disponen de medios nucleares para destruirse varias veces los unos a los otros, la fuerza francesa se contentará con mantenerse "justo por encima de la disuasión", es decir, al nivel a partir del cual el enemigo tema la respuesta nuclear francesa y, en consecuencia, no ataque.

Una vez más, como desde que accedió a la magistratura suprema, en mayo de 1981, Mitterrand se mostró inequívoco al hablar del equilibrio de fuerzas como garantía de la paz. Recordó que no existe ese equilibrio "desde que una masa de armamentos estratégicos rusos puede destruir todos los sistemas militares occidentales, desde el norte de Noruega hasta el sur de Italia". Dirigiéndose a Moscú y a Washington, exclamó: "Restablezcan ustedes el equilibrio. Esto es el principio de la prudencia".

A pesar de la participación en el Gobierno socialista del Partido Comunista Francés (PCF), que aporta cuatro ministros al Gabinete del primer ministro Pierre Mauroy, el presidente galo se mantiene inflexible en materia estratégica desde que llegó al poder.