¿Somos parias los jubilados?

Tras cuarenta años de trabajo, de ellos 38 en la misma empresa, me jubilé en mayo de 1978. Mis cotizaciones a la Seguridad Social, a partir de 1963, habían sido por los importes máximos permitidos por el citado organismo. El sistema empleado hasta este año, a base de dividir los importes de las pensiones en tramos a los que se aplicaban distintos porcentajes, ha hecho que el valor adquisitivo de mi pensión se haya reducido en un 30%, aproximadamente.Ahora Nicolás Redondo pide que el aumento de las pensiones sea lineal. Este término (y el diccionario no me saca de dudas) me hace pensar que van a crecer todas en la misma cantidad y no en proporción a su importe. De esta forma, la capacidad adquisitiva de pensiones que sólo son altas si se comparan con las que podemos llamar miserables, se verá considerablemente mermada.

Cierto es que las que no dan ni para mal comer necesitan más ayuda. Pero si la que reciben va a alimentarse del empobrecimiento de las otras no van a medrar gran cosa. Por otra parte, Redondo no pide lo mismo para los salarios. Habla de un aumento porcentual e incluso de una revisión semestral. Seguramente no le pasa por la imaginación que el salario mínimo pueda aumentar en la misma cantidad absoluta que lo que gana al día un diputado a Cortes.

SOS. Por favor, que alguien rompa una lanza para que los pensionistas que aún podemos comer no nos veamos sometidos a una especie de apartheid. Sin perjuicio de la ayuda a esas pensiones tan pequeñas, que debemos prestar entre todos, y no sólo unos poquitos, que no somos de los más favorecidos por la fortuna. /