El paciente del corazón artificial mejora lentamente
Barney Clark, el hombre al que hace dieciocho días se le implantó el primer corazón artificial permanente, continúa su recuperación gradual, después de la última intervención a que fue sometido. Ayer le fue puesto peso en los pies, y ha podido beber agua y contemplar la televisión.
El doctor Chase Peterson, vicepresidente de la Universidad de Utah, informó a los periodistas que Clark se encuentra también más brillante y despierto. Clark permaneció treinta minutos sentado en el borde de la cama, mientras se le ejercía presión sobre los pies, ejercicio que, al parecer, sienta muy bien al paciente, informó el doctor Peterson.
Aunque Clark no puede emitir sonidos, ya que tiene un tubo de traqueotomía en la garganta para ayudarle a respirar, "es tan expresivo que charlar con él no es problema", han manifestado sus familiares.
Corazón nuclear
Los cirujanos británicos Donald Ross y Endre Bodnar creen que antes de un año se podrá implantar en Gran Bretaña el primer corazón artificial que funcione con energía nuclear. Bodnar ha declarado que los proyectos están adelantados, pero que se requiere una inversión de más de un millón y medio de dólares para culminar la investigación. La fuente de energía tendría el tamaño de un paquete de cigarrillos, que se llevaría en el cinturón, lo que permitiría al paciente moverse libremente.
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