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El Gobierno de Fanfani gana el voto de confianza del Parlamento italiano

Juan Arias

Ayer tarde, el nuevo Gobierno de centro izquierda, presidido por el democristiano Amintore Fanfani, recibió su investidura en la Cámara de los Diputados, con 342 votos a favor, 244 en contra y 15 abstenciones.

Junto con los graves problemas económicos con los que tendrá que enfrentarse el Gobierno número 43 de la República y quinto de Fanfani, está también presente el espinoso problema de la posible implicación de Bulgaria y de otros países del Este comunista con el terrorismo italiano y, concretamente, con el atentado al papa Juan Pablo II.Precisamente ayer la Prensa filtraba noticias oficiosas de la cumbre celebrada el miércoles por los servicios secretos con la comisión parlamentaria de control de la seguridad y con los ministros de Defensa y del Interior. Y, al parecer, la pista búlgara fue la primera que había tomado en consideración el contraespionaje italiano, tras el atentado contra el Papa; lo que faltó, según informa la Prensa, fue una auténtica coordinación entre servicios secretos, policía, magistratura y Gobierno.

Y ante la presión de diversas fuerzas políticas para que el nuevo Gobierno profundice la hipótesis de una complicidad de las Brigadas Rojas con los países del Este, ahora se pide que se replantee el caso Moro.

Moro y la pista búlgara

Resulta que a Mario Moretti, el jefe de la columna romana de las Brigadas Rojas, que fue quien dirigió el secuestro de Moro y quien le interrogó en la prisión del pueblo, se le encontró un sobre con una llave dentro y una dirección de una casa de Praga, como también ha sido confirmado que durante su clandestinidad realizó varios viajes a Bulgaria.Y se ha vuelto a desempolvar la vieja hipótesis de que la prisión de Aldo Moro pudiera haber estado "dentro de una embajada", como acaba de recordar Giorgio Benvenuto, secretario general del sindicato prosocialista UIL.

Por otra parte, ayer, el juez llario Martella confirmó indirectamente la hipótesis de que Alí Agca había sido encargado de asesinar en Roma a Lech Walesa cuando vino invitado por los sindicatos. Respondiendo a un periodista, afirmó: "Me maravillo cómo ciertas cosas llegan a los diarios. Evidentemente, alguien no ha cumplido con su deber y tendrá que pagar". Y añadió: "Y que conste que no me refiero a los periodistas".

Fanfani, respondiendo en el Parlamento a las numerosas interpretaciones sobre la pista búlgara, ha sido muy hábil. Su papel no era fácil, porque mientras los socialistas, socialdemócratas y liberales habían pedido una acción enérgica y dura que condujera, si era necesario, a la ruptura de relaciones diplomáticas con Bulgaria, democristianos y republicanos, y por supuesto los comunistas, fueron más moderados, pidiendo que se esperara a que la Magistratura hiciera primero su camino.

Fanfani afirmó: "Nadie duda de la gravedad del problema, pero es también necesario no dejarse arrastrar por la impulsividad". Y enumeró sus pasos concretos: "Aprobé", dijo, "la decisión del Ministerio de Asuntos Exteriores de convocar a Roma el embajador en Soria; anticipé la sesión extraordinaria de la comisión interparlamentaria de control de los servicios secretos, y he pedido que se debata cuanto antes (el lunes próximo) todo el problema ante el Parlamento". Y añadió que será entonces cuando él intervendrá a fondo en la cuestión.

El secretario socialista, Bettino Craxi, respondiendo a Fanfani, se declaró ayer "bastante satisfecho". Y afirmó que, según su parecer, "el terrorismo italiano está prácticamente liquidado", pero añadió que son aún un "terreno sin explorar" las conexiones del terrorismo con el exterior.

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