Los enigmas de Jaruzelski
El general Jaruzelski estima que el enigma es el abc del arte de dirigir. Cuando el aparato del partido se imponía en Polonia, este militar suscitaba ciertas esperanzas debido al secreto que cultivaba. (...)El discurso que ha pronunciado un año después de la proclamación del estado de guerra es una obra maestra de ambigüedad. Las medidas rigurosas adoptadas en diciembre de 1980, ha dicho el general presidente, han dado sus frutos. ¿No ha llegado el momento de volver a la normalidad? No se atreve a anunciar la supresión del estado de guerra. Se trata solamente de suspensión. Se mantendrán ciertas medidas que protegen directamente los intereses sociales del Estado. (...)
El jefe de la Junta quiere aparecer a la vez enérgico y apaciguador. A los que sienten nostalgia de la democratización del período 1980-1981 y que esperan una segunda vuelta, les lanza esta advertencia: nuestro adversario es únicamente el que quiere serlo. Con esta afirmación se inspira en la famosa fórmula de Kadar, seis años después del fin de la revolución húngara: quien no está contra nosotros, está con nosotros.
(...) Durante estos doce meses el poder ha obtenido éxitos y la dirección clandestina de Solidaridad no logró movilizar a los obreros el mes pasado para una huelga general. Bajo el efecto del choque del 13 de diciembre de 1981, la oposición se ha desarticulado. Unos propugnan el rechazo intransigente del mal, otros se resignan al compromiso.
El primado de la Iglesia católica, pese a que choca con una buena parte de la población y de los fieles, es partidario de un acuerdo con la realidad. Acepta un Gobierno sobre el que los polacos no tienen la posibilidad de pronunciarse. Lo esencial es mantener la presencia de una Iglesia, encarnación del alma del país. (...)
14 de diciembre
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