Polémica sobre los aspectos morales de la implantación del corazón artificial
La existencia de una pequeña llave que podría permitir a Barney Clark parar el funcionamiento de su corazón artificial, que le fue implantado el pasado jueves, ha llamado la atención sobre los aspectos morales de este avance en el campo de la medicina. Mientras tanto, Barney Clark se encuentra en estado grave, pero estable, y continúa recuperándose de una segunda intervención, de poca importancia, que le fue practicada el sábado.
En el curso de una conferencia de Prensa celebrada el domingo, los doctores que atienden al primer paciente al que se ha implantado un corazón artificial permanente se manifestaron irritados ante la insistencia de los periodistas sobre esta llave. Señalaron que el paciente no tiene ninguna intención de poner fin a sus días y que la principal función del citado mecanismo es permitir la activación de un compresor de emergencia en caso de fallo del compresor que acompaña al corazón.
Derecho a la muerte
El doctor Jarvik, creador del corazón artificial, señaló que la llave no tenía ninguna importancia, puesto que el paciente podía en cualquier momento desconectar los tubos que le unían al compresor, y afirmó: "No tenemos el derecho a negar a un paciente su derecho a la muerte". Este aspecto se contempla en el documento de once páginas que Barney Clark tuvo que firmar antes de someterse a la operación, y por el que puede, en cualquier momento, íncluso ahora, negarse a seguir participando en la aventura.El doctor Wilhelm Kolff, jefe del departamento de biomecánica de la Universidad de Utah, y pionero de los órganos artificiales, ha señalado por su parte que este tipo de intervenciones está justificado, siempre que se asegure al paciente una vida en condiciones aceptables.
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