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El corazón artificial implantado en EE UU funciona bien

Barney Clark, el dentista de 61 años a quien le fue implantado el jueves un corazón artificial, recobró la consciencia ayer, abrió los ojos y reconoció a su esposa. A preguntas del doctor DeVries, el cirujano que le operó, manifestó con la cabeza que no sentía dolor. Fue inmediatamente dormido de nuevo para evitar que cualquier movimiento rompa los puntos de sutura

A las 24 horas de la intervención, el doctor DeVries manifestó que ésta había sido un éxito, aunque será preciso esperar cuatro o cinco días para ver si se producen infecciones.

Barney Clark deberá pasar el resto de su vida conectado a un compresor exterior, en condiciones penosas. Los médicos estudiaron antes de la intervención su carácter y su vida para asegurarse de que no tiene tendencia al suicidio y de que no tendrá la tentación de cortar los tubos que le comunican con el compresor.

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