Un 'pilarista' de izquierdas
Javier Solana Madariaga, nacido en Madrid en 1942, casado, de profesión profesor en la facultad de Ciencias Físicas, vecino de Majadahonda, metro 76 centímetros de estatura, 74 kilogramos de peso, pelo castaño, cejas al pelo, ojos castaños, sin otras señas personales, se considera un marxista no dogmático y es, después del presidente y vicepresidente, el socialista del Gabinete más veterano, con militancia acreditada desde 1964. Es diputado por Madrid, en cuya lista figuraba, a propuesta de la Federación Socialista Madrileña (FSM), como número dos, detrás del líder, Felipe González. Forma parte de la Comisión Ejecutiva Federal desde el 272 Congreso del PSOE. Ocupó, sucesivamente, las secretarías de Prensa y de Estudios y Programas, y en la actualidad continúa como vocal.Javier Solana es el cuarto vástago de una familia de profesionales ilustrados, vinculados a las ciencias positivas por su padre, catedrático de Ciencias Químicas, represaliado y expedientado.
Hizo el bachillerato en el colegio del Pilar, cuyas promociones inundan la vida pública española desde los primeros años setenta -José Luis Leal, Romualdo de Toledo, Luis María Ansón, Fernando y Rafael Arias-Salgado, Nicolás Sartorius, Alfredo Lafita-. Sin embargo, su perfil biográfico no se ajusta al canon tradicional del pilarista de toda la vida. Javier Solana confiesa entre sus frustraciones nacidas entonces sus carencias musicales, "me hubiera encantado saber tocar algún instrumento" y deportivas.
Cursó la licenciatura en Ciencias Físicas en la Universidad Complutense de Madrid, de 1959 a 1965. Sus estudios universitarios se vieron interrumpidos durante un año, en 1963, mediante un expediente sancionador aplicado a los responsables de la Semana de Renovación Universitaria, plataforma de los opositores al régimen de entonces. En ese período Javier Solana trabajó en institutos universitarios de Inglaterra y Holanda, y al concluir la licenciatura fué ayudante en la cátedra del profesor Salvador Velayos.
Continuó después su formación científica en Estados Unidos mediante una beca Fulbright, hasta 1968, y durante tres años más, como colaborador del profesor Nicolás Cabrera, nieto del eminente Bias Cabrera, en la Universidad de Virginia. En 1971 regresa con su maestro a España y prosigue colaborando con él en la Universidad Autónoma de Madrid, donde el inefable ministro de Educación Julio Rodríguez le abre un expediente y le cancela su contrato por motivos políticos. Pasó entonces a formar parte de la ejecutiva de la FSM y en la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT. Desde 1975 ejerce la docencia en la Universidad Complutense, donde ahora está excedente.
Javier Solana está casado con Concepción Jiménez, una burgalesa que es profesora de Enseñanza General Básica y vive ahora los rigores del paro. El matrimonio tiene dos hijos, Vega, de ocho años, y Diego, de cinco, que son alumnos del Colegio Nacional de Majadahonda. El pasado verano dirigió en la Universidad Menéndez y Pelayo, de Santander, un curso de homenaje a la ciencia española en la figura de Bias Cabrera. Alguna vez ha dicho que "no se puede ser culto sin saber quiénes son las figuras e as ciencias positivas en España".
Su posición en el PSOE está fuera de toda bandería. Entre sus buenos amigos se encuentra Luis Gómez Llorente, pero también Miguel Boyer o Txiqui Benegas. Su conexión con Felipe González se produjo en el congreso de Suresnes, donde el actual presidente del Gobierno resultó elegido como primer secretario del PSOE. Javier Solana recuerda que poco antes de las primeras elecciones generalés de 1977 fue él quien acompañó a Felipe González al palacio de la Zarzuela, en el primer encuentro oficial que el secretrio general del PSOE mantuvo con el rey Juan Carlos.
