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Entrevista:

"Francia y el nuevo Gobierno español deben trabajar juntos en América Latina", según Antoine Blanca

Los máximos responsables del Gobierno socialista francés acaban de celebrar la primera reunión destinada a perfilar el despliegue de su política para América Latina. Hace dos semanas fue nombrado con este fin un embajador itinerante para toda esta región, Antoine Blanca, hijo de refugiados españoles y miembro del comité directivo del Partido Socialista. En esta entrevista, Blanca esboza las nuevas ambiciones de Francia en Iberoamérica y manifiesta también que París y el nuevo Gobierno socialista español "deben trabajar juntos" en América Latina.

Blanca, socialista desde 1953, es, posiblemente, el dirigente del PS francés que conoce con más detalle el mundo hispánico y latinoamericano. Licenciado en español y en portugués, el origen alicantino español de sus padres le ha mantenido en contacto permanente con la evolución de la realidad española de los últimos cuarenta años. Es amigo personal de los máximos dirigentes del PSOE, y entiende que este dato será a tener en cuenta, en lo sucesivo, para su trabajo en América Latina.Pregunta. ¿Qué significa su nombramiento como embajador itinerante por tierras americanas?

Respuesta. Es la primera vez que Francia toma una decisión de este tipo. Y lo hace, precisamente, para esta región determinada del mundo. Quiero decir que no nombrará necesariamente embajadores itinerantes para otros continentes o regiones. Hasta la fecha, en la política francesa, Latinoamérica no ha jugado el papel protagonista que debiera. Y es lo que tratamos de subsanar.

P. ¿Cómo es posible formular esta nueva iniciativa del Gobiemo francés?

R. Queremos demostrar que nuestra política en América no es sólo una política de defensa de los derechos del hombre. Es muy importante establecer y estrechar relaciones con una región en la que se sabe que existen realidades diversas y, en todo caso, determinantes de cara al futuro. Queremos probar, desde el primer momento, que la problemática latinoamericana no es específica del contencioso Este-Oeste, sino que es un problema de los países de cultura occidental. Francia, en suma, está dispuesta a ser un interlocutor, no sólo como lo quiere ser con los demás países del Tercer Mundo, sino añadiendo esa dimensión de la cultura común.

P. ¿Cómo prevé un eventual cruce de acciones española y francesa en esta región?

R. Con el nuevo Gobierno español vamos a tener que trabajar juntos. El PSOE tiene ideas precisas sobre su labor en América Latina, y eso es natural. Entre los Gobiernos socialistas de Europa occidental debe existir una concertación, pero, sobre todo, habrá una concertación franco-española, aunque cada cual defienda sus intereses. En todo caso, mi nombramiento no está hecho para complicar las cosas, sino para simplificarlas. Y el que yo sea amigo de Felipe González y de Alfonso Guerra elimina problemas.

P. El que España esté o no en el interior de la Comunidad Económica Europea (CEE) ¿cree usted que puede favorecer de alguna manera, o lo contrario, su acción en América Latina?

R. Ese es un problema únicamente español, a mi entender; de todas maneras, no creo que el pertenecer o no a la Comunidad incida en la política española hacia América. El caso italiano sería una prueba de ello. En cualquier caso, comprenderá que Francia, por ejemplo, no va a abandonar sus posibilidades en Latinoamérica por amor a España.

P. ¿Piensa usted que España podría reemplazar el Mercado Común por una acentuada cooperación con América Latina?

R. No, no lo creo.

P. El Gobierno socialista francés inició una cooperación con Nicaragua. Firmó, además, el comunicado franco-mexicano en favor de El Salvador. Después llegó el conflicto de las Malvinas y, París, en contra incluso de la actitud del Gobierno de izquierdas como el cubano, apoyó a Gran Bretaña. ¿Qué lecciones representan para ustedes esas experiencias?

R. La revolución de Nicaragua nos pareció fundamentalmente justa originalmente. Francia, por otra parte, sabe que ella sóla no podrá influir en el continente latinoamericano y, por ello, busca la cooperación con los países más importantes de la región, como es el caso con México. Y, por lo que atañe al conflicto de las Malvinas, es cierto que nosotros hemos podido no entender, pero ellos tienen también que entender.

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