Juzgado por estafa y profanación de sepultura un hombre que se hizo pasar por muerto

Antonio Tornero, el pescadero de Abarán que en enero pasado simuló su muerte, para lo que robó el cadáver de un amigo fallecido, fue juzgado ayer, por la vía de urgencia, en la Audiencia Provincial de Murcia, acusado de profanar una sepultura y de estafa a una compañía de seguros. El ministerio fiscal pidió para el acusado la pena de dos años de prisión menor por el segundo concepto y multa de 30.000 pesetas y tres meses de arresto menor por la primera acción. El defensor solicitó una condena de un mes y un día por estafa en grado de tentativa, y rechazó que Tornero hubiera profanado una tumba. El abogado Mariano Durán dijo que el pescadero sentía respeto por el muerto que robó y que su objetivo no era realizar una profanación.Tornero secuestró el cadáver de Jesús Gómez, un vecino de Abarán que el 5 de enero había muerto en accidente de moto, y lo trasladó hasta las afueras del pueblo en la madrugada del día 12 de enero. A orillas de la carretera le puso sus propios zapallos y el reloj de pulsera. Introdujo el cadáver en un Seat 131 de su propiedad y despeñó a continuación el vehículo, que se incendió totalmente.

El pescadero de Abarán, que estaba acosado por las deudas, planeó toda la farsa para que su familia cobrase un seguro de vida por un importe de dos millones de pesetas. Sin embargo, Tornero fue descubierto pocos días más tarde, cuando telefoneó desde Las Palmas a un cuñado suyo, al que pedía dinero. Su pariente llamó a la policía creyendo que alguien se hacía pasar por el muerto. Así fue descubierto Tornero, que ha pasado cuatro meses en la cárcel de Murcia, donde ha tenido tiempo de escribir un libro sobre su aventura que será editado próximamente. El pescadero, después de conseguir el perdón de su mujer, Lourdes, se ha trasladado a Novelda con sus cuatro hijos. En el pueblo alicantino trabaja en una cantera de mármol, aunque tiene en proyecto abrir otro puesto de venta de pescado en el mercado local.