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Hilados del Sureste ha reabierto sus puertas, constituida en cooperativa

Hace solamente unos días que reinició su actividad la veterana fábrica cartagenera Hilados del Sureste, después de un año de suspensión de pagos por parte de sus dueños, catalanes, y una resistencia continuada del largo centenar de trabajadores, que se negaron a ver morir la única industria textil de la región, en la que la mayoría había ingresado en su juventud, hace varios lustros.

La recuperación de Hilados del Sureste se consigue en un contexto único. A partir de la voluntad de los empleados, que durante un largo año han acudido a la fábrica con el exclusivo fin de engrasar y "seguir cuidando las máquinas, que hoy podrían estar echadas a perder, convertidas en chatarra". La peculiar cooperativa, que hoy regenta la industria, está formada, además de sus 130 trabajadores, por el Ayuntamiento de Cartagena y por la comunidad autónoma de Murcia, que participan con veinticinco millones de pesetas, de un total de doscientos millones de capital social. Algunos empresarios locales también han apoyado la compra de la fábrica, que no la sociedad antigua, denominada Hilaturas del Sureste, con un total de cincuenta millones de pesetas.Se trata de la primera empresa recuperada, en parte gracias a una institución autonómica y, sobre todo, apoyada a través de un invento original del alcalde de Cartagena, el socialista Enrique Escudero. El consorcio para el relanzamiento económico, que preside Salvador Madrid, hoy gerente de Hilados del Sureste, fue una especie de pacto social que firmaron empresarios y partidos políticos a instancia de Escudero, y hoy obtiene su primer fruto. "Para mí", dice Salvador Madrid, "es hacer realidad lo que hemos estado predicando en política tantos años: solidaridad social por encima de otra postura, si bien desde una perspectiva real para este relanzamiento empresarial".

El gerente de la fábrica de hilados de algodón es un conocido sindicalista del campo de Cartagena. Fue dirigente de la Federación de Asociaciones de Agricultores y Ganaderos, ex secretario comarcal de Comisiones Obreras y antiguo dirigente del PCE. Hoy se muestra entusiasmado ante la continuidad de la fábrica.

Dentro de las leyes de mercado

Desde la unión de los trabajadores por la continuidad en un puesto de trabajo, "fuera de ello no saben hacer otra cosa, ya que la mayoría llevan aquí más de veinte años", Hilados del Sureste se ha planteado empresarialmente de una manera estricta, "cumpliendo todas las leyes del mercado de la oferta y la demanda", dice Madrid. La cooperativa se ha marcado para el próximo año unos beneficios en ventas de seiscientos millones de pesetas, a partir del proyecto de producción realizado por una sociedad suiza, especialista en industrias textiles.La primera etapa del plan económico previsto por Madrid comprende la implantación del cuarto turno de trabajo y creación de un retén de trabajadores para sacar la máxima rentabilidad con los medios actuales, reducción en un 50% de las incidencias en la producción -hasta ahora se daban ochenta roturas en el hilo por mil metros producidos-, incorporación de la gestión informática a la gestión industrial, reducción del abanico salarial, estableciendo una relación de uno a dos de diferencia; disponibilidad del personal para movilidad interna, procurando que los productores tengan más de una especialidad, y mantener la calidad en el mercado, para lo que la industria cartagenera ha buscado un socio comercial en la firma catalana Casa Cunelles, SA, de Barcelona.

El plan puesto en marcha por Madrid comprende una segunda fase, que necesitará una inversión de 130 millones de pesetas, destinados a -mejorar a las secciones de cardas y las de preparación y acabados, lo que se hará en los tres próximos años.

Los trabajadores tienen la mayoría

De los 180 trabajadores que quedaron sin empleo en Hilados del Sureste hace un año, sobreviven al cierre patronal 130. El resto no ha continuado en la aventura, a pesar de que prácticamente todos ellos resistieron el cierre, acudiendo todos los días a la fábrica, cuidando con verdadero mimo cada una de las máquinas, que están recubiertas de níquel y necesitan estar engrasadas. Los cincuenta excluidos de la cooperativa son en su mayoría trabajadores que han preferido acogerse a la jubilación voluntaria o que no han estado conformes con el proyecto empresarial diseñado. Los 130 socios trabajadores han invertido un total de cien millones de pesetas. Cada uno de ellos ha invertido 400.000 pesetas, a través de un crédito individual de la Caja de Ahorros Provincial, que, a su vez, les ha avalado los otros cincuenta millones invertidos.Hilados del Sureste, una tradición cartagenera fruto de "una política proteccionista que se dio en los años sesenta", pero que hoy, con un planteamiento técnico-económico original, pretende ser pionera de una industria con futuro en la región, comenta su nuevo gerente.

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