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Reagan anuncia el fin del embargo sobre el gasoducto soviético

Estados Unidos ha decidido abandonar la política de sanciones contra la construcción del gasoducto euro-siberiano, en una política destinada a dirigir un primer signo de buena voluntad hacia los nuevos dirigentes soviétícos y también a evitar que profundicen las diferencias entre norteamericanos y europeos en el seno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, anunció la noticia, a través de su tradicional alocución radiofónica semanal, ayer, sábado, presentándola como "una gran victoria para los aliados", que demuestra la unidad de la OTAN.

En las últimas semanas, norteamericanos y europeos habían trabajado intensamente en Washington, a nivel de embajadores, para concluir el presente acuerdo. El presidente italiano, Giovanni Spadolini, visitó hace pocos días Estados Unidos con este fin. El principio de un arreglo político fue decidido en la reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN celebrada en Montreal (Canadá) el pasado 2 de octubre.

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Nuevas perspectivas

Estados Unidos y Europa fijan una nueva estrategia comercial con el Este

Lógicamente, el presidente no aludió a que ninguno de los cuatro principales países europeos interesados en la compra de gas soviético (República Federal de Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) hizo caso de los deseos de embargo impuestos por el presidente Reagan. Todos ellos continuaron cumpliendo los contratos para un gasoducto soviético, del que dependerá para Europa Occidental más de la mitad del suministro energético en gas natural al final de la década de los ochenta.La nueva decisión abre buenas perspectivas para la cooperación entre Estados Unidos y sus aliados europeos, en un momento crucial de cambio político en Moscú, tras la muerte de Leónidas Breznev y la llegada al poder de Yuri Andropov. La reacción en las capitales europeas era ayer de satisfacción, mientras Francia anunció que no se sentía incluida en el acuerdo sobre las condiciones del comercio Este-oeste.

La Administración Reagan salva la cara en una cuestión que de muestra la dificultad para Estados Unidos de decretar sanciones comerciales contra la URSS sin previo consenso político con los europeos. En lo económico, con el plan de alternativas energéticas para Europa, Estados Unidos procurará incrementar las ventas de carbón hacia los países europeos, que son los principales afectados por el proyecto del gasoducto. En lo financiero, limitar la cesión de créditos hacia el Este sólo puede satisfacer a unos bancos occidentales sobrecargados ya de deuda hacia el conjunto de países del Este.

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