La revolución sexual, ¿mito o realidad?
Los estudios de Preben de los registros parroquiales de Dinamarca en el siglo XVIII revelan qe entre el 30% y el 35% de las jóvenes danesas estaban embarazadas antes de estar prometidas, y el 50% de las jóvenes campesinas, el 25% de las burguesas y el 20% de las nobles estaban embarazadas en el momento de casarse.La situación no era muy diferente en 1930 en el mismo país, y los trabajos de Auken nos muestran que el embarazo prematrimonial ascendía al 49% de todos los matrimonios. Actualmente, los matrimonios forzados por el embarazo oscilan entre el 25% y el 35% del total, lo que es una situación mejor y no peor que hace cincuenta, cien o doscientos años.
Podría aducirse que Dinamarca representa un país de tradición liberal en cuanto al sexo, y que otro país que hubiera sido impermeable a la reforma y se mantuviera en la ortodoxia represiva de Trento sería muy diferente. Pues no es así.
Primer coito
La primera encuesta polaca sobre la vida sexual de los estudiantes de Varsovia, realizada entre 1903 y 1905 por Moszczenska, Lazowsky y Siwicki, muestra que entre el 67% y el 84% de los varones tuvo su primer coito en la escuela o la universidad, lo que supone un porcentaje mayor del registrado actualmente.
La única diferencia importante es el tipo de compañera de esta iniciación sexual: en 1905 eran las sirvientas y prostitutas, mientras que ahora son casi exclusivamente las amigas de su entorno social, reflejando la caída del doble estándar de moralidad masculino-femenino. No sólo no ha habido cambios espectaculares, sino que, desde el punto de vista de la afectividad y riesgo de transmisión de enfermedades venéreas, el cambio de compañera parece más favorable.
El influyente diario New York Times (14 de marzo de 1971) llamaba la atención sobre el "alarmante incremento de niños ilegítimos entre las adolescentes americanas". Es cierto que ha habido un gran aumento de la ilegitimidad en dicho país, pues se triplicó entre los años 1940 y 1965, pero si el 48% del total de nacimientos ilegítimos en 1940 correspondía a las adolescentes, veinticinco años más tarde el porcentaje era del 44%.
El informe Kinsey, publicado en 1953, mostró que una de cada dos americanas blancas de clase media-alta nacidas después de 1900 había mantenido relaciones prematrimoniales. Entre los hombres eran nueve de cada diez.
Datos aislados
Veinte años más tarde, el Alan Guttmacher Institute, en su publicación 11 Million Teenagers, confirma que a los diecinueve años el 50% de las chicas tenía relaciones y el 90% de los varones.
En España no tenemos estadísticas fiables, sino datos aislados y sesgados por su origen. Así, el estudio del doctor Serrano Vicens, realizado entre 1932 y 1950, mostraba que el 32,5% de las mujeres que acudieron a su consulta había tenido relaciones prematrimoniales.
Nicolás Caparrós estudió veinte años más tarde el comportamiento de las universitarias madrileñas, y el 38% mantenía relaciones.
La revista Blanco y Negro (7 de junio de 1975) elevaba el porcentaje al 42% de las jóvenes madrileñas menores de veinte años. Son datos poco valorables, pero que oscilan todos alrededor del 35%.
Nuevamente, los datos muestran que la temida revolución no ha tenido lugar, aunque sí se han operado algunos cambios.
La primera relación sexual tiene lugar cada vez más pronto, lo que, unido al retraso en la edad matrimonial, conlleva un tiempo más prolongado de relaciones prematrimoniales.
Probablemente, el número de compañeros / as va a ser más amplio que antes, lo que quiere decir que el primer amor de una joven tiene. pocas posibilidades de ser el hombre con el que se case.
Hace sólo treinta años, el informe Kinsey mostraba que el 60% de las chicas sólo se había acostado con el hombre con el que proyectaban casarse.
Y es aquí donde se ha producido la pequeña revolución en las actitudes. Tradicionalmente, nuestra sociedad ha desaprobado la experiencia sexual prematrimonial de la mujer, admitiéndola en el caso del hombre.
Hoy, los jóvenes defienden un comportamiento mucho más igualitario y el "sexo con amor" es una actitud ampliamente admitida.
Responsabilidad ante la vida
A pesar de que la mujer siempre había tratado de regular sus nacimientos usando técnicas variadas de contracepción, estas prácticas hoy ya no son vergonzosas ni generadoras de sentimientos de culpa, sino expresión de un alto grado de responsabilidad ante la vida sexual.
Siempre ha habido homosexuales. No sólo han sido marginados socialmente, sino incluso perseguidos por la ley. Hoy, su vida sexual es más libre y están organizados públicamente para reclamar una igualdad de derechos.
Hoy, los jóvenes forman un grupo numéricamente más amplio que antes y con un protagonismo social mayor, lo que explica que sus comportamientos, incluidos los eróticos, sean más visibles.
Además, los jóvenes están dispuestos a expresar en voz alta sus comportamientos privados, a hablar del sexo con sus compañeros y con los adultos, lo que no ocurría hace tan sólo veinte años. La sexualidad juvenil es ruidosa" y pública, por eso algunos la han confundido con una revolución.
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