La zona de la Alfranca, amenazada por la roturación de tierras

El llamado galacho de la Alfranca, un lugar de gran valor ecológico y el único de su tipo que se mantiene en el valle del Ebro, corre un grave peligro de destrucción, al haberse comenzado a roturar sus tierras con destino al cultivo agrario.

Con la voz aragonesa de galacho se conoce a una especie de galunas junto al río. El de la Alfranca, en el término municipal de Pastriz y a unos diez kilómetros de la ciudad de Zaragoza, es el único que actualmente permanece en el curso del Ebro. Es reserva de caza y en él anidan cerca de doscientas especies diferentes de aves -entre ellas destaca la garza real-, diez de micromamíferos, seis de mamíferos superiores -con la nutria, por ejemplo, que está práctica mente en extinción dentró de la zona- y nueve de peces. Posee también una vegetación de gran riqueza y es uno de los escasos lugares donde permanecen los sotos dentro del valle del Ebro.

La Alfranca, que tiene una extensión de 1.700 metros de largo y 150 de ancho, ess propiedad en parte del IRYDA, del Icona y de particulares, que en los últimos tiempos han construido fincas de recreo o se dedican a cultivos, y son algunos de éstos los que han decidido comenzar a roturar las tierras para aumentar la extensión agraria.

El hecho ha sido denunciado por la Asociación de Naturalistas Aragonesas (ANSAR), grupos ecologistas y el Ayuntamiento de Zaragoza. Este ha solicitado la intervención del Icona, que ayer comenzó una investigación, pero la Corpóración municipal de Zaragoza estima que la medida idónea es la urgente paralización de las roturaciones, ya que en caso contrario, el daño esta riqueza natural podría ser irreparable. El Ayuntamiento de la localidad afectada, Pastriz, se propone asimismo iniciar un período de información pública para que el galacho sea declarado terreno no urbanizable y especialmente protegido.