El español Martínez Somalo, número tres de la jerarquía vaticana
Los millones de personas que durante la actual estancia del Papa en España le siguen personalmente o a través de la televisión están ya acostumbrados a ver continuamente a su lado, en todos los actos, a un personaje que es el número tres de la más alta jerarquía vaticana. Pero lo que pocos saben es que este personaje que acompaña siempre en sus viajes al papa Wojtyla es un español, y que es la primera vez en la historia de la Iglesia que un español tiene ese importante cargo en el Vaticano. Se llama Eduardo Martínez Somalo. Es arzobispo, tiene 52 años y fue designado para este cargo por Juan Pablo II, que se lo trajo desde la Nunciatura de Bogotá.
Oficialmente, el cargo de Martínez Somalo es el de sustituto de la Secretaría de Estado o de la secretaría papal. Una especíe de ministro del Interíor de toda la Iglesia. Junto con el secretario de Estado, es el que lleva en marcha con el Papa la compleja y delícada máquina de la Santa Sede.Para que se comprenda cuál es la importancia del sustituto de la secretaría papal, bastará recordar que fue en dicho cargo donde se forjó el que después sería el papa Pablo VI, que trabajó como sustituto durante el pontificado de Pío XII. En los últimos años de su pontificado el papa Pacelli le había nombrado arzobispo de Milán, lo hizo después cardenal y de allí saltó a la silla de Pedro. Pero la fama del ex sustituto Montini era ya tan grande que en el cónclave que eligió Papa a Juan XXIII obtuvo ya votos sin ser aún cardenal, hasta el punto que le pidieron que se trasladara a Roma secretamente.Cuando Pablo VI hizo más tarde la reforma de la curia confirió al cargo de sustituto de la Secretaría de Estado un peso y prestigio aún mayores, hasta el punto que actualmente, según dicha reforma, en caso de muerte del Papa, cesan automáticamente todos los cargos de la cuña romana, incluso el secretario de Estado. Todos menos el de sustituto. El nuevo Papa, por ejemplo, si quiere nombrar un nuevo prefecto de la Congregación de Obispos o de la Doctrina de la Fe, puede hacerlo sin necesidad de pedirles la dimisión. Con el sustituto, no. Para nombrar a otro necesita antes despedirlo, ya que sigue en activo.
Se asegura que Pablo VI tomó dicha decisión por las dificultades que había encontrado, al llegar al pontificado, para poder cambiar a los hombres claves de la curia que no consentían en irse. La excepción que hizo con el sustituto se debió al cariño que él tenía a un cargo que le preparó para Papa y la importancia que le daba. Y durante su pontificado escogió para dicho cargo, que él conocía muy bien por haberlo ocupado durante tantos años, a un hombre de toda su confianza y de gran prestigio, el reciente fallecido cardenal Giovanni BeneUi, a quien Pablo VI había hecho antes de morir arzobispo de Florencia y cardenal. Según algunos, para alejarlo de la curia ante, las presiones de algunos cardenales prefectos de congregaciones; según otros, para prepararlo, como le había sucedido a él, a la sucesión al papado. Y de hecho se asegura que, a pesar de su joven edad, Benelli fue uno de los cardenales que recibió más votos después del cardenal Wojtyla.
Quizá eta historia de los últimos sustitutos de la Secretaría que han acabado después dirigiendo diócesis importantes y nombrados cardenales con probabilidades de llegar al papado nacen de cuando en cuando las voces de que el actual sustituto de la Secretaría papal, el arzobispo español Eduardo Martínez Somalo, podría ser trasladado a España a una diócesis cardenalicia.
Pero las noticias filtradas de los ambientes más cercanos al Papa desmienten cada día estos rumores y aseguran que por el momento, si existe una persona de la cual Juan Pablo II no prescindirá por ningún motivo, es el arzobispo Martínez Somalo, al que le une una gran simpatía personal y del que profesa, se dice, una estima del todo particular. Y el motivo es que gusta a Juan Pablo II el carácter del importante eclesiástico español, que es alegre, optimista, nada problemático, práctico, no angustiado, y que ha encajado perfectamente con la idiosincrasia de este Papa. Martínez Somalo es el único personaje oficial de la curia que despacha diariamente, y frecuentemente varias veces, con el Papa, siendo responsable de todos los problemas internos de la Iglesia. Y siendo español, no es extraño que el Papa delegue en él, dándole luz verde y plena confianza en todo lo que se refiere a la Iglesia española. Empezando por la organización de este viaje, en cuyos entresijos más hondos y delicados ha estado siempre presente y activo el riojano y campechano sustituto español.
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