Barcelona recupera a través de una exposición el legado fotográfico del científico catalán Esteve Terradas
El Instituto de Estudios Fotográficos de Cataluña ha tenido la iniciativa de rescatar del del olvido la obra del ingeniero, matemático y físico Esteve Terradas (Barcelona, 1883-Madrid, 1950), con una selección expuesta hasta ayer en la sala de la Asociación de Ingenieros Industriales de Cataluña, de Barcelona. El doctor Terradas fue una figura precoz de la vida intelectual catalana anterior a la guerra civil, especialmente de los medios científicos. Sin haber alcanzado la treintena, había ganado ya una cátedra, la de Optica y Acústica, y era miembro del Instituto de Estudios Catalanes y de la Academia de Ciencias y Artes de Barcelona.
El perfil científico y humanista de Esteve Terradas es tan amplio que hace perdonar el olvido en que hasta ahora se hallaba sumida su faceta fotográfica y justifica el acertado título de la exposición: Esteve Terradas, también fotógrafo. Se trata de un caso muy similar al de Santiago Ramón y Cajal, cuyas lides con la cámara no han sido hasta hace poco valoradas en su justa dimensión. El doctor Terradas fue amigo de Einstein, funda dor del Instituto de Electricidad y Mecánica Aplicada en la Universidad Industrial de Barcelona, doctor en Ingeniería Industrial y en Ciencias Físico-Matemáticas, in geniero de Caminos, director de la Red Telefónica y de los Ferrocarriles de la Mancomunidad de Cataluila e impulsor de numerosas publicaciones técnicas.Los Méritos intrínsecamente fotográficos de Terradas son, de momento, difíciles de evaluar con objetividad a partir de una colección de menos de medio centenar de originales, cuando los negativos depositados en el archivo del Instituto de Estudios Fotográficos están cifrados en 6.000. Máxime cuando este período de la historia fotográfica catalana está en un apasionante estadio de rescate de material, sin que inmediatamente pueda establecerle una ponderación de las aportaciones que pudieran haber realizado en su momento los diferentes autores.
En el contexto de esta arqueología fotográfica provisional, las imágenes de Terradas no muestran una coherencia y homogeneidad estilísticas, pero, por otro lado, trascienden en mucho el simple uso de aficionado. Para Eduard Olivella, quien con Enric Freixa se ocupó de glosar su personalidad humana y fotográfica en el acto de inauguración, "el doctor Terradas utilizaba el medio con plena consciencia y, con unos fines de documentación, técnica o familiar, a modo de los croquis que antiguamente se podrían haber hecho con lápiz y papel y tal vez ahora precisarían del vídeo. Servirse del medio fotográfico resultaba una evidencia de su inquietud por los avances propios de su tiempo".
Estilo coherente
Dejando a un lado la obra claramente destinada al álbum de familia -no exenta de algún retrato de gran plasticidad- predominan temas arquitectónicos, navieros y de construcciones técnicas. Es sin duda en esta última parcela donde mejor podría traslucir una síntonía con los planteamientos estéticos de los fotógrafos de entreguerras, teniendo en mente la nueva objetividad de Albert Renger-Patzsch, o el preciosismo de Charles Sheeler, es decir, posiciones formalmente ligadas al constructivismo y que vindicaban la belleza de la máquina y de las creaciones mecánicas.Este tema invita a una reflexión e interés al preguntarse si las vanguardias propugnaban que el fotógrafo debía saber mirar con ojos de ingeniero -o de arquitecto, o de topógrafo, etcétera-, o debía el ingeniero saber explicar su mundo con el entonces método de descripción más preciso. Hace tan sólo unos pocos meses, otra figura recuperada para nuestro patrimonio artístico, Emili Godes, fotógrafo oficial de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola de Barcelona, a principios de los años treinta, expuesto en el salón de actos de la Escuela de Agricultura, suscitaba idéntica cuestión: ¿se trataba de un fotógrafo enamorado de la morfología vegetal o de un botánico excepcionalmente diestro en las artes de la macrofotografía?.
Babelia
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