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Helmut Schmidt renuncia, por razones de salud, a presentarse a la reelección como canciller

El ex canciller Helmut Schmidt anunció ayer al grupo parlamentario socialdemócrata (SPD) en Bonn que renuncia a ser candidato del partido a la cancillería federal en las próximas elecciones. Schmidt basó su decisión en motivos de salud, pero dijo que él no está dispuesto a cambiar su línea de actuación y entrar en negociaciones de coalición con los democristianos o los verdes, y "cualquiera puede comprender que de ningún modo el señor Genscher puede ser mi socio".

El ex canciller se refirió abiertamente a las discrepancias dentro de su propio partido cuando dijo "tengo muy claro que algunos compañeros han dejado de lado sólo momentáneamente las anteriores controversias y diferencias de opinión".Helmut Schmidt arroja la toalla en la lucha por recuperar la cancillería, y el canciller democristiano, Helmut Kohl, habrá lanzado probablemente un suspiro de alivio, porque sus comienzos al frente del Gobierno son vacilantes y los sondeos de opinión registraban una recuperación de los socialdemócratas (SPD) de un 40,5% y un descenso de los democristianos (CDU-CSU) hasta un 48,5%.

Para el SPD, la retirada de Helmut Schmidt supone la pérdida de su locomotora electoral más valiosa. Algunos llegan a calcular que sin Schmidt el SPD no tiene posibilidades de llegar al 40% el próximo 6 de marzo, y el ex canciller podría suponer hasta un 5% de votos, por su capacidad política y la posibilidad de explotar propagandísticamente el regicidio y la traición.

Helmut Schmidt ha preferido la cómoda retirada con la aureola de traicionado a tener que afrontar una penosa batalla electoral desde la oposición.

El ex canciller tiene atractivas ofertas de millonarios de su ciudad natal, Hamburgo, para dedicarse a escribir libros de memorias y viajar por el mundo impartiendo de nuevo lecciones cósmicas de política y economía, que era lo que más le gustaba, lejos de los enfrentamientos cotidianos de la política; sobre todo, con los izquierdistas en su propio partido.

Ante el grupo parlamentario del SPD, Schmidt argumentó ayer que no es correcto presentarse a un cargo público sin saber si su estado de salud le permitirá desempeñarlo hasta el final.

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El ex canciller pasó revista a sus achaques de los últimos años, problemas de tiroides y cardiacos, que hicieron necesaria la inserción de un marcapasos. No obstante, fiel a su espíritu prusiano y su rigorismo protestante, Schmidt tuvo una nota escatológica en su intervención ante sus compañeros.

Como si le remordiese la conciencia por su decisión, advirtió Schmidt que "no quiero silenciar que, como muchas veces en mi vida, he hablado con un hombre de mi iglesia". Schmidt terminó con una afirmación de fe socialdemócrata: "Nadie tendrá ocasión de dudar de mi profundamente enraizada convicción socialdemócrata. Yo he dedicado toda mi vida a la socialdemocracia y, sus objetivos y tareas. Y así seguiré en el futuro".

El candidato a aspirante socialdemócrata a la cancillería con mejores posibilidades es el ex ministro federal de Justicia y, actual jefe de la oposición socialdemócrata en Berlín Oeste, Hans-Jochen Vogel, de 56 años.

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