El presidente de Ecuador decreta el estado de emergencia
Ecuador vive desde ayer bajo la declaración de estado de emergencia, decretado en la madrugada del jueves por el presidente democristiano Osvaldo Hurtado, para defender la Constitución, la ley, las libertades públicas y los derechos ciudadanos". La decisión presidencial coincide con la convocatoria para ayer de una huelga general de veinticuatro horas por el Frente Unitario de los Trabajadores (FUT, integrado por las tres centrales sindicales ecuatorianas), en protesta por el anuncio de drásticas medidas económicas, incluido el aumento en un ciento por ciento del precio de la gasolina.
Las principales ciudades ecuatorianas venían siendo escenario desde principios de semana de manifestaciones que, en su mayoría, derivaron en enfrentamientos con la policía. La celebrada el martes en Quito tuvo su punto culminante cuando fue apedreado el presidente del Congreso, que intentaba calmar los ánimos a las puertas del palacio legislativo.Por otra parte, el país se encuentra virtualmente paralizado a raíz de la huelga salvaje decretada el lunes por los transportistas, quienes rechazan el aumento de tarifas propuesto por el Gobierno en compensación por el alza experimentado por el precio del carburante. Asimismo, los centros oficiales de enseñanza se encuentran cerrados.
La declaración del estado de emergencia coincide con la presencia, casi de incógnito, de una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) para renegociar parte de los 4.500 millones (más de 517.000 millones de dólares) de la deuda externa ecuatoriana.
El estado de emergencia prevé la supresión de las garantías constitucionales, toque de queda entre las diez de la noche y las seis de la mañana y la prohibición de las manifestaciones y concentraciones en la vía pública. Asimismo, queda prohibido portar armas, y las fuerzas armadas y la policía serán los encargados de garantizar la libre circulación de personas y de vehículos durante las horas no afectadas por el toque de queda.
Al anunciar el estado de emergencia, Hurtado explicó que había preferido no ejercitar la atribución de suspender la libertad de Prensa, "porque quiero que el pueblo ecuatoriano siga informado".
Hurtado pidió que "se abandone la violencia y que se persiga y denuncie a todos los que la usan". Refiriéndose a los causantes de los actos violentos registrados en los últimos días, les preguntó si quieren convertir a Ecuador en otro país latinoamericano con una guerra fratricida.
Esta es la segunda ocasión en que se declara el estado de emergencia en Ecuador desde su retomo a la democracia en 1979. La anterior fue en el mes de febrero de 1981, debido a los enfrentamientos con Perú en la cordillera del Cóndor. El presidente Hurtado, de 43 años de edad, pidió, en su alocución radiotelevisada, que "abandonen la violencia, desarmen la conciencia y los puños" y se reencuentren "en una sociedad verdaderamente democrática".
En sentido similar se pronunció el cardenal Pablo Muñoz Vega, quien hizo un llamamiento a la reflexión y unión para superar "los peligros de la crisis" con un "formidable y tenaz esfuerzo de solidaridad social".
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