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5.000 indígenas, cercados por el Ejército de Guatemala

Cinco mil indígenas guatemaltecos, que se encuentran cercados por el Ejército en el municipio de San Martín Jilotepeque, en el departamento de Chimaltenango, podrían ser diezmados si hoy, miércoles, no culpan a la guerrilla de las matanzas ocurridas durante los últimos meses en las zonas rurales del país. La denuncia, formulada en Guatemala por la Comisión de Derechos Humanos, se basa en informaciones transmitidas por campesinos que lograron evadirse del cerco militar.Una semana después de que Amnistía Internacional denunciase al régimen del general Efraín Ríos Montt por haber dado muerte, de forma extrajudicial, al menos a 2.100 campesinos durante sus cuatro primeros meses de mandato, el Ejército de Guatemala pretende, a cualquier precio, acusar a las guerrillas de estas matanzas.

Los indígenas cakchiqueles, que habitan en la zona de San Martín Jilotepeque, tienen un plazo de 48 horas, que vence hoy, para sumarse a esta campaña de la dictadura, que, con el testimonio de los campesinos, trata de montar un gran tinglado propagandístico internacional en desprestigio de la guerrilla.

Según la Comisión guatemalteca de Derechos Humanos, el cerco militar incluye la prohibición de entrar o salir del municipio bajo pena de muerte lo que ha provocado ya una grave escasez de alimentos. La comisión ha enviado urgentes llamamientos a organizaciones internacionales a fin de que intervengan de inmediato para evitar "un nuevo genocidio de grandes proporciones" en Guatemala.

Las tropas que intervienen en la operación pertenecen al cuerpo de Kaibiles, especializado en la lucha contra la guerrilla y principal causante de las matanzas de civiles llevadas a cabo por el régimen del general Ríos Montt, como la ocurrida el pasado 5 de octubre en el mismo departamento de Chimaltenango, donde trescientos campesinos fueron muertos por el Ejército.

Desde que el pasado 1 de julio fuera decretado el estado de sitio en todo el país, el departamento de Chimaltenango, habitado casi exclusivamente por indígenas, ha sido uno. de los focos de la lucha contrainsurgente, que pasa, entre otras acciones, por la creación de "aldeas estratégicas" bajo control militar, siguiendo la experiencia iniciada por el Ejército norteamericano en Vietnam.

El Ejército gobierna directamente estas aldeas, y toda persona que viva fuera de su perímetro es considerada como afecta a la guerrilla y, por tanto, sujeta a las leyes de la guerra.

El régimen del general Ríos Montt, que se presentó al país como una esperanza y que en reiteradas ocasiones ha prometido respetar los derechos humanos y convocar elecciones libres, aparece así como tina simple continuación, corregida y aumentada, de los excesos de violencia que convirtieron a su predecesor, el también general Romeo Lucas, en uno de los presidentes más repudiados. Con esta política, que tiende a convertir a todos los indígenas (60% de la población) en sospechosos de ayudar a la guerrilla, el general Ríos Montt pretende haber derrotado ya a los grupos armados en el terreno militar.

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