Umbral reivindica la metáfora en la presentación de su último libro

La metáfora del río, el recuerdo de Heráclito y el homenaje a la memoria como motor del escritor, además de la calidad del verbo trasladado de la escritura a la palabra hablada, fueron las notas predominantes de la presentacion en Madrid de la nueva novela de Francisco Umbral, Las giganteas, que ha editado Plaza y Janés y que el propio autor introdujo en un acto celebrado el pasado miércoles en la Casa del Libro.Umbral dijo que su obra no es una novela-río, sino la autobiografía de un río que ha escrito el otro Umbral, el que se despoja de la vida cotidiana de la escritura periodística y le acerca a la memoria que le escribe el pasado. Las giganteas, dijo, es la crónica de una vieja ciudad contada por la voz de un nilo, El Olvidito, que se ahogó en el río, jamás fue encontrado y cuando apareció lo hizo en forma de niño sabio que tiene la sabiduría de un río.

Francisco Umbral hizo una metáfora de los ríos secos españoles que periódicamente se desbordan y acudió a Heráclito y a Jorge Manrique para dar firmeza histórica a su tesis de que los ríos son el trasunto de las historias de los hombres, con su sequedad y su desbordamiento. Para él, es fascinante el paralelismo que existe entre un río y cualquier libro. El río es para Umbral la memoria y la imaginación es, según su actitud de escritor, la forma lírica de la memoria.

El río es, insistió Umbral, la propia escritura, la escritura oblicua. Finalmente, el río es el tiempo, el tiempo desbordado que en España a veces se ha identificado con la actitud del habitante de esta tierra. Un tiempo que no es consecutivo, sino que adquiere todas las dimensiones que tiene el propio desarrollo de la metáfora, un hallazgo literario que el escritor invitó a descubrir de las maneras más diversas.

A Francisco Umbral siguió, en la presentación del acto, el actor José Bódalo, que leyó uno de los capítulos más intensos de la nueva novela del autor de Mortal y rosa. Leyó Bódalo el capítulo en el que uno de los personajes más entrañables de Las giganteas, el Catarro, legendario rastreador de los ahogados del río, cuenta sus aventuras para descubrir infructuosamente el cuerpo del mítico, sabio y perdido Olvidito.