La obra completa de Miguel Hernández deshace el mito del poeta descuidado
La equivalencia entre poeta popular y poeta rápido y descuidado, en lo que se refiere a Miguel Hernández, ha sido deshecha por el estudio publicado en colaboración por los poetas Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia, padre e hijo, que se han encargado de la edición de la Obra poética completa que acaba de publicar Alianza Editorial. El libro fue presentado anteayer por Concha Zardoya y Ramón de Garciasol.
En palabras de Leopoldo de Luis, "Josefina Manresa, la viuda del poeta, tuvo la confianza de poner en mis manos, para cuando pudiera ser publicado en España, la edición de la obra poética completa de Miguel Hernández. Ahora se han dado las condiciones y Jorge Urrutia y yo nos hemos puesto a ello".El trabajo, que Concha Zardoya calificó como de casi edición crítica, según Leopoldo de Luis no, porque "no hemos pretendido fijar los textos, lo que es propio de una edición crítica, si bien en este caso, se anotan las variantes producidas sobre todo por el método de trabajo de Hernández".
"Lo que sí hemos hecho", sigue Leopoldo de Luis, "es limpiar de erratas épocas determinadas del poeta, que por la transmisión precaria habían producido aunténticos desajustes. Contrastando con los manuscritos se ha limpiado todo ésto".
Por otra parte, se incluyen las variantes mencionadas antes, y la explicación de Leopoldo de Luis a estas variantes es que "Miguel Hernández, que reescribía y corregía intensamente sus poemas, hasta convertir los manuscritos en casi ilegibles, memorizaba cada poema, y luego lo escribía de nuevo. Las variantes, más que de la voluntad de cambio, vienen de la propia memoria".
En Obra poética completa se incluyen, además, todos los libros de Miguel Hernández, más los poemas publicados en revistas agrupados por épocas, más los poemas de adolescencia; poemas muy poco hechos poéticamente, incluidos en un apéndice. "No podíamos abrir el libro de Hernández con unos poemas que podrían dar una visión errónea del poeta".
Porque para Concha Zardoya es un caso de poesía especial ya que Miguel Hernández, inicialmente, no tuvo preparación alguna. Es un caso de autodidactismo. Leía a los de las generaciones del 98 y del 27 en libros que le prestaban, por lo que no se le puede llamar un poeta ignorante.
Babelia
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