Proyecto fantástico para hacer habitable Venus
Un fantástico proyecto para hacer al planeta Venus habitable por medio del enfriamiento de su atmósfera ha sido presentado al 32 Congreso Internacional de, Astronáutica, que se está celebrando en París. Su autor es Christian Marchal, miembro de la Oficina Nacional de Estudios e Investigación Espaciales, y del Instituto Americano de Aeronáutica y de Astronáutica, que afirma que su proyecto no es en absoluto una utopía, porque nadie ha demostrado que no sea viable.Venus, el planeta gemelo de la Tierra, en cuanto a masa, volumen y existencia de atmósfera, ha sido considerado desde hace tiempo como el mejor adaptado, teóricamente, a una posible colonización. Sin embargo, las sondas espaciales mandadas por rusos y norteamericanos han permitido saber que su atmósfera es cualquier cosa menos habitable. La temperatura media, a nivel del suelo, es de 460 grados centígrados y la atmósfera está compuesta esencialmente por gas carbónico, a una presión noventa veces superior a la atmosférica de la Tierra.
Sin dejarse vencer por estos datos, Marchal ha descubierto otro más esperanzador: la cantidad de carbono, elemento indispensable para la vida, es del mismo orden en Venus y la Tierra. Sin embargo, mientras en nuestro planeta se encuentra sobre todo en el suelo -carbón, petróleo, rocas calcáreas, etcétera-, en Venus se encuentra principalmente en la atmósfera. En ambos planetas, sin embargo, el equilibrio entre el carbono presente en la superficie y el presente en la atmósfera está en función de la temperatura. Por tanto, un enfriamiento de Venus daría como consecuencia la consecución de una atmósfera similar a la de la Tierra.
Hasta aquí, la teoría. Para enfriar Venus en la práctica, Marchal da una solución fácil situar entre el planeta y el Sol una nube de rocas lo suficientemente densa como para filtrar sus rayos. La materia prima la encuentra en los numerosos meteoritos que cruzan continuamente entre Marte y Jupiter.
El choque o explosión de un asteroide contra otro, o mediante una bomba termonuclear, provocaría la nube deseada, en forma de anillo alrededor de Venus. Uno o dos anillos, bien situados, bastarían para enfriar el planeta a una velocidad de uno a tres grados por semana, lo que permitiría convertirlo en habitable en un plazo mínimo de cincuenta años.
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