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El ministro polaco de Exteriores, en Moscú

El ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Stefan Olszowski, inició ayer su primera visita a Moscú desde que ostenta esta función. Olszowski -que desempeña el cargo desde el pasado mes de julio- es considerado como el más ortodoxo y prosoviético de los dirigentes del régimen de Varsovia.El jefe de la diplomacia de Polonia es el segundo dirigente de este país que viaja a la URSS en el último mes: el líder de la Junta Militar y del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP), Wojciech Jarucelski, se entrevistó ya el pasado 16 de agosto con Leónidas Breznev en su residencia de Crimea.

Olszowski es, sin duda, un hombre muy bien visto por el Kremlin. Hace un año, sus ortodoxas intervenciones eran recogidas ampliamente por los diarios de la URSS.

Por aquel entonces, Olszowski era contemplado como el posible recambio de Jarucelski, en el caso de que éste no lograra -o no quisiera- imponerse con energía sobre la oposición.

Ahora, el hombre duro del POUP llega a la URSS como ministro de Asuntos Exteriores, en un momento delicado. Las duras manifestaciones de protesta realizadas recientemente en toda Polonia por los partidarios de Solidaridad parecen haber alarmado a los soviéticos, que venían haciendo gala de gran optimismo desde que el general Jarucelski decretó el estado de sitio a finales de 1981.

La pasada semana, el semanario Literaturnaya Gazeta atacaba con una dureza al líder socialista polaco Lech Walesa, lo que era interpretado como un síntoma evidente de que el Kremlin desaconsejaba a Varsovia la vuelta de la vía renovadora y al diálogo con la oposición más moderada.

El tono alarmista que la Prensa soviética había dado a las últimas manifestaciones de Solidaridad demostraba que Moscú consideraba prematura la derogación de las medidas de excepción dictadas hace ya nueve meses.

El diálogo que Olszowski inició ayer con los dirigentes de la URSS girará en torno a estas cuestiones, pero existen muy pocas esperanzas de que la información trascienda las murallas del Kremlin.

Hasta el momento, las anteriores visitas a la URSS de los dirigentes polacos han solido saldarse con un comunicado conjunto, en el que se subrayaba -con el lenguaje habitual- los indisolubles lazos que unen a la URSS y Polonia.

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