Versos y música española en la frontera albanesa

Con la concesión del Laurel de Oro al poeta rumano Nikita Stanescu, concluía el 30 de agosto el XXI Festival de Poesía Las Veladas de Struga, que todos los años se celebra a orillas del lago Macedoni, en el pueblo yugoslavo de Ohrid, en la frontera con Albania. Han asistido poetas de cuarenta países.

La poesía macedonia

El ganador, Nikita Stanescu, ofreció un recital de su poesía en el ambiente, bizantino de la catedral de Santa Sofía de Ohrid, donde días antes el cuarteto español Numen había ofrecido un concierto de música española y de autores europeos.Respecto a la poesía de la parte mecedonia yugoslava leída, su exponente Anastasio Vangelov de claró que se trata de "versos nerviosos y arrancados de racimos de ideas, neuráticos y amargos, una poesía irónica que caracteriza hoy a nuestros poetas".

Los poetas escriben cada vez para menos gente fue la conclusión de la mayoría de los participantes en el simposio Interpretación de la poesía hoy, en el que participaron el chino Led Suyen y poetas suizos y británicos. Para Stanescu, no sólo la forma es importante en la poesía, sino también, y sobremanera, el ángel de la misma, "esa energía que ilumina el mundo desde sus entrañas".

La fiesta no pudo terminar en paz debido al jarro de agua helada que supuso la negativa de los poetas de Serbia, la mayor nación de la federación yugoslava, a asistir a las veladas de Struga, en protesta porque, por motivos políticos, no se autorizaba la lectura del poeta serbio Goyko Yogo, condenado a un año de cárcel, por haber su puestamente ofendido la memoria de Tito. Esta acción de los poetas serbios, de todas formas, no tomó por sorpresa a los organizadores, que en los últimos tiempos han asistido en su país a un proceso de análisis de la política anterior yugoslava y a una serie de enfrentamientos de carácter político a los que, por supuesto, no ha estado ajena la literatura. Aquella renuncia supone, pues, un aspecto más de la actualidad literaria yugoslava.