Morataya: "El socialismo nicaragüense es un grupito de personas, que es el único que piensa y decide"
"Todos estamos con el socialismo", dice, sonriendo, el padre José Morataya en Ciudad de México, "porque no hay nada más bonito. Pero una cosa es verlo de lejos y otra es estar allí". El padre Morataya -director del colegio salesiano de Masaya, frente al que el día 16 se produjeron sangrientos enfrentamientos que se saldaron con tres muertos-, recientemente expulsado de Nicaragua bajo la acusación gubernamental de realizar actividades antirrevolucionarias y de actuar como agente de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA), confiesa que es la primera vez que emite, juicios políticos sobre el país en el que vivió cuatro años.
"El socialismo nicaragüense es muy bonito visto desde Europa o aquí, en México, pero otra cosa es encontrarse con un grupito de personas, que es el único que piensa y el único que decide". Se refiere el padre salesiano, naturalmente, a la dirección del Frente Sandinista, según él, entregada por completo a los cubanos. Sobre la influencia de Cuba, añade que fue una visita de Raúl Castro la que desencadenó los ataques, no sólo contra la Iglesia, sino también contra la Cruz Roja y el COSEP, la agrupación de empresarios nicaragüenses.El ex director del colegio de los salesianos de Masaya cree que las ideas de eliminar la explotación del hombre por el hombre y luchar para que el bienestar sea para todos igual son las mejores que puedan existir, pero que en Nicaragua la situación es bien distinta. "Allá no se puede opinar, y son los del Frente los que deciden lo que es bueno y lo que es malo", dice.
"Antes de contar los hechos, quiero señalar que es absolutamente falso", señala Morataya, que del colegio salieran disparos, porque ese día estaba cerrado, y más falso aún porque desde el segundo piso, donde ellos dicen que salieron los disparos, no existe ninguna ventana hacia el lado de donde venía la turba".
Según la versión del religioso, todo empezó el sábaÍlo anterior a los incidentes, cuando un grupo de jóvenes sandinistas quiso impedir que Miguel Ovando, obispo de Managua, oficiara una misa en Monimbó.
El lunes, el colegio salesiano de Masaya efectuó una huelga organizada por los alumnos, en solidaridad con el padre Bismarck Carvallo, vejado, según la Iglesia, por los sandinistas. "Los alumnos leyeron un comunicado y luego se marcharon a sus casas", recuerda el religioso, "pero luego llegaron unos jóvenes que quisieron colgar, una bandera del Frente en la puerta del colegio. Nos negamos, porque no somos políticos".
Según el padre Morataya, los habitantes de Monimbó pronto se dieron cuenta de que era una disputa entre el Gobierno y la Iglesia. La violencia se desató cuando llegaron tres jeeps de la policía sandinista para disolver la manifestación. "La gente comenzó a golpearles, diciendo que no querían comunistas en Monimbó", recuerda el padre.
Según el religioso, el Gobierno, al darse cuenta de que no podía controlar los disturbios sólo con la policía, envió a más de 10.000 personas armadas con palos, al barrio de Monimbó. Fue entonces cuando comenzó el tiroteo. "Los de Monimbó sacaron sus armas y primero dispararon al aire", afirma el padre Morataya. "Luego hubo un intercambio de tiros".
Acusado de ser el responsable de tres muertes, el padre Morataya estuvo tres horas detenido por la policía y luego fue entregado al embajador de España en Nicaragua. En la sede diplomática permaneció ocho días. "Pero nunca hubo una acusación contra mí, ni tampoco pudieron probarme que yo criticase al Gobierno", se queja el ex director del colegio salesiano de Masaya.
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